viernes, 13 de julio de 2012

Aprendiendo del cine: La princesa prometida

La película de la que vamos a hablar casi no necesita presentación en el mundillo friki, pero por si acaso aquí tenéis un ¡ENLACE!. Es una película que me encanta y como la volví a ver hace poco y la tengo fresca quiero analizar algunos de los elementos que en mi opinión encuentro más roleables o interesantes. Como siempre SPOILERS AHEAD.
Iñigo Montoya. Si sabes lo que te conviene,
no mates a su padre.
Primero decir que no se sitúa en un mundo fantástico sino en una región de nuestro mundo que no existe eso tiene ciertas implicaciones como que por ejemplo por ahí puedan aparecer personajes de Sicilia, España e incluso Groenlandia. La ventaja sin duda es que no necesitas tener un pseudo Japón o una pseudo Transilvania, ya que puedes recurrir a los originales. La desventaja es que tienes que aceptar que se atenga hasta cierto punto a las normas de nuestro mundo, lo cual nos lleva al siguiente punto.

En mi opinión en la película no hay magia, solo ciencia aunque sea ciencia que solo podemos aceptar si nos colocamos en el marco ficticio de la obra. Las dos únicas cosas (que ahora recuerde) que realmente pueden aceptarse como magia son La Máquina y las píldoras de revivir del milagrero. Pero ambas tienen cierta base científica (dentro del marco, recordemos): La Maquina funciona con el principio de la bomba de succión y su inventor estaba escribiendo una tesis sobre ella, y sobre las píldoras no es que el milagrero sea un mago sino que parece un tipo bastante versado en medicina, a pesar de su nombre. No en vano era médico del rey. Si yo jugase adaptando este mundo, mantendría esto y probablemente más que magos lanzabolasdefuego tendría a alquimistas e ingenieros pululando por ahí. Si es que los magos no cumplen ya esa función...

Además la película nos da un gran ejemplo de cómo crear una región peligrosa: el Pantano de Fuego. Tienen un paisaje: un pantano, y tienen tres amenazas: las explosiones, las arenas movedizas y las astutas ratas gigantes. Si fuese un sitio que solo hay que cruzar, eso mantendría entretenidos a los personajes buena parte del viaje. Además es perfecto para crear rumores sobre las zonas, porque de hecho los personajes que se internan en el pantano durante la película ya sabían lo que se iban a encontrar, aunque no se creían lo de las ratas.

En fin creo que es un gran ejemplo porque yo en gran medida creo mis zonas así: un paisaje básico, de dos a cuatro amenazas frecuentes, cosas que están fijas en el lugar (como la torre del mago o una fuente de la eterna juventud, ¿yo qué sé) y una lista de cosas que aparecen una vez, como mucho dos (un monstruo especialmente grande, un tipo barbudo que habita el bosque en el que están...) lo que viene siendo una tabla de encuentros aleatorios.

Eso me recuerda bastante a los videojuegos RPG: cuando vas a una nueva zona solo hay dos o tres enemigos comunes que te salen al paso todo el rato y a veces encuentras uno más raro o poderoso. No es mala idea tener los videojuegos en mente porque coincido con Zak Smith en que a menudo construyen mundos que funcionan mejor como sandbox que muchos diseñadores de rol porque suelen estar más preocupados por el realismo que por la utilidad. Parafraseando su entrada sé que no hay grandes diferencias entre Málaga y Granada, pero si quiero usarlas como localizaciones de un juego de rol, necesito que sean lo bastante distintas para poder recordarlas y que los jugadores tengan experiencias diferentes.

Bueno, sigamos que me pierdo. La princesa prometida es una historia romántica. Pero no digo romántica en el sentido de tú-me-quieres-yo-te-quiero-mua-mua (que también, pero ese romanticismo es producto del otro romanticismo): tiene sentimientos desbordados, libertad, individualismo y temas como el marginado (como el pirata), los clásicos duelos a espada... En fin, que es romántica al estilo del siglo XIX. Si asumimos que romántico se contrapone a realista como una tendencia general y no como movimientos artísticos podemos decir que gran parte (si no la inmensa mayoría) del rol tiene tendencias románticas. Pero esto no es nada nuevo, ¿no?

Muchos de los personajes de la película son paradigmas del héroe que buscan crear muchos juegos que refuerzan las motivaciones de los personajes. El culmen de esto (no podíamos dejar de hablar de él) es Íñigo Montoya. La parte más épica en la que su motivación de vengar a su padre lo ayuda es cuando le clavan un maldito cuchillo en el pecho y él no solo gana la pelea sino que sobrevive. Pero también usa esa motivación con objetivos más insospechados: cuando busca el lugar donde está La Máquina y pide al alma de su padre que le guíe hasta donde está Westley podría decirse que su motivación le ha hecho superar un chequeo de percepción especialmente difícil.

Y creo que eso es todo lo que recuerdo por el momento, ¿se os ocurre a vosotros algo más? Gracias por leerme. Valmar Cerenor!

3 comentarios:

  1. Se me ocurre que te leas el libro XD

    Nah, es un peliculón del 15 que yo también re-vi hace poco y me sigue encantando.

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    Respuestas
    1. El libro está en lista de espera tras Alicia en el País de las Maravillas, El Mago de Oz, Los cuentos de Canterbury, el Decamerón, La Divina comedia, el Cancionero de Petrarca y lo que pueda surgir durante las clases. Así que le queda un rato.

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  2. No creo que existan las RAG. El que? Las ratas de aspecto gigante. xDD

    Buenísima la película. La he visto hoy y estoy de acuerdo que se pueden sacar cosas.

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Una limosna para la cruzada:

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