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jueves, 9 de febrero de 2012

11 objetos mágicos para C&C

Once objetos mágicos que avergonzarían a otros juegos de rol para Caballeros & Cloacas:
  1. Placa de miembro del Alto Colegio de Magos de Tamniir. Esta poderosa placa fabricada en cobre barato, pero con grandes cantidades de magia de la más normalita, solo puede ser llevada por los miembros del ACMT, una de las más prestigiosas asociaciones hechiceriles del Mundo Conocido. Cuando su legítimo portador la sostiene y pronuncia las palabras adecuadas, una bola de energía surge de ella, derechita a sus enemigos. Además, brilla cosa fina.
  2. Grito de trol embotellado. Algún insensato consiguió guardar en una botella el poderoso bramido que emitió un trol cuando algo muy pesado le cayó sobre el dedo gordo del pie. Murió aplastado, pero su botella sobrevivió. Al abrirla, el pesaroso grito del trol vuelve a escucharse tan potente como la primera vez, asustando a todo bicho viviente que ande por los alrededores y haciendo temblar incluso las paredes. El problema es que el grito puede gastarse en cualquier momento y entonces habrá que buscar la forma de volver a llenar el recipiente.
  3. Estandarte de los mil soles. Se trata de un gran trozo de tela roja que representa un sol dorado con un sol rojo dentro con un sol dorado dentro con un sol rojo dentro con un sol dorado dentro con un sol rojo dentro... Su principal cualidad es marear a todo el que intente mirar el centro de los mil soles que se repiten hasta un tamaño microscópico. Todo enemigo que se enfrente a un rival que lo enarbole puede verse momentáneamente hipnotizado por él y ser vulnerable en ese lapso... Pero cuidado de que no ocurra lo mismo a los aliados. Se podría dar el caso de que un enemigo consiga ver el último sol y alcance la iluminación por accidente convirtiéndose en un ser más allá de las fronteras de lo material, pero solo hay una posibilidad entre un millón.
  4. Puertas del Gran Templo de Rhahissha. En el centro de las húmedas junglas de la lejana Zanhalla se alza un templo construido por una raza olvidada y que ahora es el centro de culto de una acogedora tribu de monos-hombre (su artesanía local es muy pintoresca). Aunque el templo es poco más que un montón de piedras, las jambas de la Gran Puerta, de cinco metros de altura, aún siguen ahí. Se dice que, estén donde estén, si están juntas, concederán a quien las frote con sangre los favores de Rhahissha, diosa de los tigres y el ímpetu sexual, durante un día. Estaría bien encontrar una forma de llevárselas...
  5. Servidor de fuego. Este homúnculo, de nombre Flami, fue creado durante una noche loca por el antiguo alquimista Alzanius. Mientras se trataba las quemaduras de segundo grado, vio que de la llama que había intentado violar surgía un ser de unos treinta centímetros que le llamaba "amo". El ser sobrevivió a su serendipicioso padre, pero nunca perdió el espíritu servil. Estará dispuesto a ponerse al servicio de cualquier practicante de las artes arcanas con el que se tope si no tiene ya uno. Una lástima que sea un cobarde además de incapaz de las tareas más sencillas por estar hecho de fuego...
  6. Zuecos de peral sabio. La mayor propiedad de estos zapatos fabricados con la mística madera de un peral sabio es el indudable confort que proporcionan. No es moco de pavo eso: quien los lleve puestos estará siempre tan descansado que podrá marchar durante días sin parar a descansar y hasta puede que sin dormir o tan siquiera comer o beber. Pero cuidado, porque al descalzarse el portador, todo el cansancio acumulado puede pasar factura.
  7. El Libro de Muchos. Este códice de infinitas páginas está escrito en una lengua muerta que no conoce el singular. La lectura atenta de los caracteres compuestos del libro, aunque no se conozca la lengua, produce una creciente sensación de mareo y dislocamiento, y por fin un desmayo. Cuando el lector despierta, lo hace con él una copia suya que solo difiere en algún pequeño detalle (color de pelo, acento, número de brazos...) que se desvanecerá pasado un día. El número de copias es ilimitado, incluso copias de copias. ¡Pero cuidado!, pues la fuerza, la destreza, la sabiduría, la voluntad y cualquier otra capacidad del lector original se reparten equitativamente entre todos sus replicados o replicados de replicados o replicados de replicados de replicados...
  8. El Libro de Muchos. Este códice de infinitas páginas está escrito en una lengua muerta que no conoce el singular. La lectura atenta de los caracteres compuestos del libro, aunque no se conozca la lengua, produce una creciente sensación de mareo y dislocamiento, y por fin un desmayo. Cuando el lector despierta, lo hace con él una copia suya que solo difiere en algún pequeño detalle (color de pelo, acento, número de brazos...) que se desvanecerá pasado un día. El número de copias es ilimitado, incluso copias de copias. ¡Pero cuidado!, pues la fuerza, la destreza, la sabiduría, la voluntad y cualquier otra capacidad del lector original se reparten equitativamente entre todos sus replicados o replicados de replicados o replicados de replicados de replicados...
  9. Equipo vacacional de Grazzus el Indolente. Grazzus siempre fue conocido y despreciado por los otros magos debido a su manía a desatender su estudio, dedicarse a cosas no eruditas y, ¡oh, Diox mío!, salir de su torre donde hay sol y aire fresco... Acostumbraba a viajar a lugares exóticos con sus bermudas azules estampadas de estrellas, sus gafas de sol (inventadas por él) y su cesta de picnic. Grazzus murió desintegrado en uno de sus viajes, pero su equipo se salvó porque la compañía aérea se lo perdió, nunca vueles con gnomos. Quienquiera que lo lleve atraerá hacia él el clima más agradable posible en la zona.
  10. Crema antiacné con sangre de sirena. Este mágico ungüento fue inventado por un joven hechicero para librarse de las molestas pústulas faciales que le impedían tener una vida social satisfactoria y le obligaban a quedarse en casa estudiando, ¡pff!, magia. No obstante, mientras su madre ordenaba su laboratorio-habitación, añadió accidentalmente sangre de sirena a la mezcla. El joven, sin saber esto, se la puso... y todo fue mejor de lo esperado. No solo su cara quedó lisa como el culito de un bebé, sino que sus facciones se transfiguraron y alcanzaron una belleza inhumana. Al principio todo iba bien hasta que la gente empezó a obsesionarse un poquito con él y se lo comieron. Pero si no te echas demasiado no tiene por qué pasar nada, normalmente... Puedes comprarse en cualquier tienda especializada.
  11. Escribanía automática. Un hermoso equipo de pluma y tinta por el que cualquier coleccionista soltaría unos buenos dineros. Pero su poder está más allá de la simple belleza artesanal: la pluma y la tinta por sí sola son comunes, pero usadas en conjunto escriben por sí mismas haciendo moverse la mano de quien las sostiene. También fueron un invento de Grazzus el Indolente, para no tener que molestarse en pensar sus papers sobre magia teórica. No obstante, debido a su principal defecto, el Indolente solo la programó para que escribiese finales antes de aburrirse, de forma que él tenía que escribir los principios y la pluma hacía el resto. Si vas a usarla, cuidado, insensato: nunca sabes cuánto tiempo podrá estar escribiendo la pluma desde la mitad de algo hasta el final, quizá años y una vez empieza no se puede parar... Pero peor aun puede ser lo que escribe...
Gracias por leerme. Valmar Cerenor!

8 comentarios:

  1. ¡Hay dos libros de Muchos!

    Y yo quiero ver la artesanía de los monos-hombre.

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    1. Debe de ser cosa del propio libro que hace que las cosas se dupliquen...

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    2. Debe de ser cosa del propio libro que hace que las cosas se dupliquen...

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    3. No sé de qué hablas. Yo lo veo bien.

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    4. No sé de qué hablas. Yo lo veo bien.

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  2. Pagaría por la Escribanía Automática. Que bien me vendría para mis papers.

    Aunque, dejándola de lado, me fascina el Estandarte de los Mil Soles.

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    1. No te recomiendo la Escribanía Automática, tiene tendencia a escribir cosas obscenas.

      Y deja de mirar ya el estandarte, nada bueno puede salir de él.

      Ah y, @Nirkhuz: la artesanía de los monos-hombre es poco más que cosas con las que timar a los turistas, apenas vale su peso en excremento.

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  3. Tíos, en serio, que yo solo puse uno, estoy acojonado...

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