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martes, 20 de marzo de 2012

Castronegro

Es Castronegro un lugar desolado. Sobre la montaña se alzan sus grandes edificios de piedra negra cuya naturaleza no ha podido esclarecerse. Cuál fue su cometido o quién los levantó son preguntas que permanecen en las brumas del misterio. Muchos señalan que pudo haberse tratado de la ciudad capital de los mouros de la superficie, como revelan los muchos pasajes que hay en el lugar y conducen a las profundidades de los Montes Quebrados.


Puede que conste como deshabitado, pero durante la historia de Ablaneda siempre ha tenido algún visitante incómodo: sierpes y ojancos lo han hallado buen lugar para guarecerse en invierno, todo tipo de bandidos se han internado en él para burlar a sus captores y quizá ocultar su botín, un hermitaño loco vive entre sus edificios rehuyendo a todos los visitantes por alguna razón, unos druidas se asentaron aquí por la misma razón que luego lo hizo un grupo de hechiceros: las incesantes corrientes mágicas que lo recorren, hasta se intentó repoblarlo para dedicarlo a la actividad minera, pero los colonos huyeron a la semana aterrados de las espantosas visiones que poblaban la noche y que, según dicen, provenían de las profundidades de la tierra.

El lugar es laberíntico y es sencillo perderse pues todas las paredes parecen iguales, por lo que a menudo las gentes de los pueblos mineros se ofrecen de guía para aquellos que quieren subir hasta allí por alguna razón, por un módico precio. A veces es la única forma de no acabar cayendo en uno de los muchos pozos sin fondo semiocultos por la maleza.

La teoría más común de su construcción es atribuirlo a los mouros, claro que en Ablaneda tienen una exagerada tendencia a atribuir a los pobladores del submundo cualquier edificio que ya estuviese ahí cuando llegaron y no saben muy bien de dónde ha salido. Otros lo achacan a las burlas del Demonio, lo que sin duda es la segunda opción más popular. Algunos más discretos hablan de que podría ser obra de pobladores de antes de la llegada de los cristianos hace doscientos años, pero humanos, si es que son de creer las historias de los druidas. Unos pocos rechazan todo esto afirmando que el trabajo de la piedra de Castronegro es algo único en todo el Condado y que debió ser el único asentamiento de un pueblo desaparecido.

Pero realmente poco nos interesa quién lo construyera, al fin y al cabo. Una de las cosas más importantes de Castronegro, como se ha dicho, es que es la principal puerta de entrada al interior de los Montes Quebrados. Nadie en su sano juicio se atrevería a entrar a ese entramado de túneles que seguro no andan muy lejos del infierno y seguro que hasta conectan con él. Pero la vida de un rondero está llena de giros inesperados...

Gracias por leerme, valmar Cerenor!

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