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lunes, 15 de octubre de 2012

Razas, arquetipos y tarot

El título lo dice todo. ¿O tal vez no? No, probablemente no.

Últimamente he estado reflexionando sobre las razas no humanas en juegos de fantasía medieval y creo que grosso modo se pueden encontrar dos grandes tendencias a la hora de plantearlas.

Por un lado tenemos el sistema, quizá más reciente, que llamaremos realista. Y consiste en considerar a las razas como extensiones del ser humano, pudiendo ser tan complejas como estos de forma que habrá tantos orcos buenos como malos, y tantos enanos vagos y disolutos como los hay trabajadores y honrados. Esto está bien, pero se corre el riesgo de que al final las razas no humanas sean humanos con sombreros.

Por otro lado está la opción más clásica, tanto que se viene dando desde que existe el contar historias, y es considerar a las razas no humanas en su conjunto como la representación de un arquetipo humano. Todos los elfos son traviesos, todos los enanos son hacendosos, todos los orcos son malos... Y encontrar alguno que no lo sea sin duda solo servirá para reforzarlo, como el orco bueno que hace que el resto de sus congéneres parezcan aun peores. Esta aproximación no gusta a muchos precisamente por encontrarla irreal, pero estamos hablando de juegos en los que, bueno, esas razas existen, creo que superamos la barrera de lo real hace tiempo.

Precisamente es esta segunda óptica en la que he estado reflexionando y creo que la mejor forma que tengo de abarcarla es usando un método que viene dando buenos resultados desde hace setecientos años: el Tarot. En serio.

Aunque como en todo hay grados, probablemente podamos encontrar una carta que se ajuste al arquetipo que determinadas razas especialmente extendidas y estereotipadas suelen representar.

En primer lugar podemos decir que los enanos tendrían como esta carta principal al Emperador. Esta carta simboliza el orden, la rigidez, la disciplina, la organización, la tradición... Y todas esas cosas que uno suele relacionar con el "patriarcado". Desde luego los enanos parecen encajar en el perfil, valorando la tradición y el honor por encima de todo con sus juramentos. Pero los enanos también valoran la habilidad. Si la Emperatriz pone la "materia prima" del mundo, el Emperador es el que le da forma y la adapta a sus designios, ¿y qué es la habilidad si no eso?

Por otro lado para los elfos tenemos justo la complementaria: la Emperatriz. Esta carta simboliza la fertilidad, la abundancia y la naturaleza en general así como el deleite, la sensualidad y la belleza. Es evidente por qué está relacionada con los elfos. De la misma forma que la Emperatriz representa a la madre que es la naturaleza, esta raza suele ser representada como sus principales protectores, habitando en bosques vírgenes (¿o dejan de serlo si están ellos?) y parajes por el estilo. Frente a la rigidez y la estructura del Emperador, una raza que se encontrase bajo el amparo de la Emperatriz sería más exagerada en sus sentimientos, tanto en el placer como en la crueldad.

Las razas bestiales, normalmente descritas como enemigos, ya sean orcos, goblins, hombres bestia, ogros, gnolls, gigantes malvados, kobolds, lo que quieras caen perfectamente en el dominio del Diablo. Como podréis sospechar esta carta representa los peores instintos y características del hombre: lujuria, egoísmo, ira, el placer a cualquier precio, ignorancia... ¿Acaso no es cierto que en el fondo, cuando matamos un orco, no lo hacemos porque rechazamos lo que su mera existencia representa? ¿El caos bestial y la destrucción? Aunque puede que esto no venga al caso, creo que nuestra sociedad actual también está regida por esta carta, pero haced como si no hubiese dicho eso.

Eso son solo unos apuntes sobre razas ya establecidas. Con otras sería más difícil generalizar porque depende de la ambientación. Poco tiene que ver un hombre lagarto de D&D con uno de Warhammer.

Pero de la misma forma que lo hacemos en una dirección podemos probar a hacerlo en la contraria. Es decir: coger una carta y en base a su significado crear una raza arquetípica. Y digo esto porque ya tengo un par pensadas y en algún lado habré de ponerlas.

Tomemos por ejemplo la Justicia. Algunos de sus atributos son la imparcialidad, el intelecto, la frialdad, la lógica, el análisis... Vamos, lo que uno se esperaría de un justicia de verdad. No es difícil pensar en una raza que cuadre en este perfil: sin duda sería una raza fría y metódica, falta de sentimientos, casi inhumana. La meta de sus miembros fácilmente podría no ser más (ni menos) que encontrar la Verdad por los medios que sean necesarios. Seguro que hay más de un ejemplo que se os ha venido a la mente, sobre todo del campo de la ciencia ficción. Esta es la visión estereotípica de los robots. También tenemos por otro lado a los vulcanianos, pero yo por mi parte me quedo con estos.

También nos vale el Ermitaño para hacer la prueba. Por supuesto esta carta también tiene atributos: introspección, silencio, reflexión, soledad, actitud filosófica... Sé que lo primero que se os ha venido a la cabeza son los ents de El señor de los anillos y la verdad es que son el mejor ejemplo de una raza que se adapta como un guante a esta carta. En mi cabeza las razas grandes son especialmente propensas a encajar en este estereotipo; mis gigantes suelen ser bastante parecidos a los ents, viviendo solos cerca de las cimas de las montañas, pensando en sus cosas. Incluso los dragones, un poco mezclados con el carro, podría llegar a decirse que son buenos ejemplos de esta carta.

En fin, espero que esta entrada haya servido para algo más que permitirme a mí desbarrar. Gracias por leerme. Valmar Cerenor!

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