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lunes, 28 de abril de 2014

Conjuro: Enviar visiones de muerte

Un conjuro de cosecha propia para La Puerta de Ishtar. Cuidado, puede herir sensibilidades.

Nivel: 2.

Efecto: al dormir cerca del ídolo maldito con que se lleva a cabo este conjuro, la víctima tendrá sueños horribles a lo largo de siete días que poco a poco irán minando su mente y, probablemente, conduciéndolo al suicidio.

La primera noche solo tendrá visiones de lugares oscuros y tétricos. Si el personaje tiene un lugar que sea más o menos así y haya tenido en él una mala experiencia, será ese. Una atmósfera oscura dominará el sueño, pero de momento no producirá más que una ligera incomodidad.
La segunda noche, además, el personaje empezará a sentir insectos, gusanos y alimañas reptando por su cuerpo, introduciéndose bajo su piel e incluso saliendo de ella.
En la tercera noche, además de todo esto, se encontrará con conocidos que ya hayan muerto en la vida real, especialmente si son personas cuya muerte lo atormenta especialmente. Aparecerán como cadáveres andantes, putrefactos e incapaces de hacer otra cosa que tambalearse y emitir sonidos guturales.
En la cuarta noche también aparecerán conocidos que no están muertos en la vida real, pero sí en el sueño, especialmente si es gente realmente importante para él. Aparecerán como los de la noche interior, lentos, abotargados y putrefactos.
En la quinta noche, el propio personaje aparecerá entre los muertos vivientes, muerto de la forma que más tema.
En la sexta noche, los cadáveres no ignorarán más al personaje sino que lo perseguirán de forma incansable hasta que despierte.
En la séptima noche la irremediable huida del personaje terminará con él cayendo al interior de una tumba y siendo enterrado en vida por los cadáveres. En el sueño, parecerá que pasa una eternidad solo, atrapado y sintiendo cómo se descompone poco a poco.

En cuanto a reglas, cada mañana el personaje despertará con el estado Aterrorizado y deberá superar una tirada de Voluntad para evitar sucumbir a sus propios ánimos suicidas. Al principio la dificultad de esta tirada será de 9 (rutinario), pero aumentará en 2 cada noche siguiente hasta 21 (casi imposible).

Solo es necesario que la víctima duerma cerca del ídolo la primera noche. Mientras este continúe intacto y en la misma posición, la víctima seguirá sufriendo los efectos esté donde esté. Ahora bien, el efecto se cancelará inmediatamente en el momento en el que el ídolo sea manipulado, por lo que es buena idea esconderlo bien.

Se cuenta que, con los rituales adecuados, es posible manipular un ídolo para que sus malignas intenciones se vuelvan contra aquel que lanzó el conjuro en un primer momento.

Lanzamiento: el brujo deberá realizar una efigie de la víctima: el parecido o los materiales son irrelevantes, pero deberá ser por lo menos de treinta centímetros de largo. A esta efigie se le añadirá alguna parte del cuerpo (el pelo es especialmente popular) u objeto personal de la víctima. Hecho esto, la efigie deberá ser enterrada con todos los honores que se deben a una persona de verdad, practicando un funeral adecuado al que además se añadirán ritos oscuros propios del conjuro. Se deberá visitar su tumba y ofrecerle libaciones y ofrendas durante diecisiete días, pasados los cuales se desenterrará para terminar de se preparada. Se bañará con la sangre de un loco debidamente sacrificado hasta que quede totalmente roja y se pondrán en su rostro los ojos del sacrificio. Tras esto solo hará falta colocarla cerca del lugar donde la víctima vaya a dormir una noche para que surta efecto.

Aprendizaje: este hechizo es especialmente popular entre ciertos brujos de Samarra. Se dice que la insaciable Ahil Neti es especialmente prólija en su uso, con el que se venga de todos los amantes que la rechazan. Para aprenderlo es necesario un ritual en el que el aprendiz deberá ingerir un preparado que hará que su cuerpo quede frío y su piel pálida y que apenas respire y que su corazón apenas lata. Permanecerá en este estado de casi muerte durante tres días durante los cuales el maestro deberá susurrar casi sin descanso palabras secretas a su oído: solo así es posible memorizar los cánticos malignos y complicados pasos requeridos para practicar el falso funeral de la efigie. No todos los que lo intentan vuelven de este sueño y no hay forma de predecir si pasados los tres días aparecerán muertos.

A efectos de reglas, cuando un personaje tome la pócima, deberá hacer una tirada de Fortaleza y otra de Voluntad cada día con dificultad 11. Si la tirada falla, perderá tantos Puntos de Aguante como la diferencia entre el resultado de su tirada y la dificultad objetivo.

Gracias por leerme. Valmar Cerenor!

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