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martes, 10 de febrero de 2015

Mundo aleatorio: el Imperio de los trasgos samuráis

Pues me apunto al segundo desafío de maese Bester, que en esta ocasión consiste en crear una ambientación de fantasía usando para ello razas atípicas.

Así que para generarlas al azar lo primero que hice fue sacar mi lista de razas jugables de Kha Megamix, que es como sigue:
  1. Humano,
  2. enano,
  3. mediano,
  4. elfo,
  5. trasgo,
  6. gnol / hombre perro,
  7. y tritón.
Salió trasgo, lo cual no está nada mal en principio.

Después de este primer paso, cogí mi manual de monstruos casero y empecé a sacar páginas al azar hasta conseguir dos monstruos que podían ser de forma bastante razonable personajes jugadores y dos que eran menos probables, pero tampoco algo disparatado.

El resultado fue que las razas secundarias fueron ogro mago (también conocidos como onis) y androide (sabía que era buena idea fusilar Dungeon Crawl Classics). Esto empezaba a pintar interesante. Por otra parte, las dos razas infrecuentes que salieron de estas tiradas fueron erinia y arpía. Toma ya.

Con androides y onis ya nos podemos imaginar que todo esto va a acabar siendo bastante japonés.

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Cojan ustedes un archipiélago de esas características con sus samuráis, sus daimyos, su emperador y esas cosas e imaginen que repentinamente es totalmente invadido por trasgos. Los pequeñajos verdes llegan desde el continente o del océano o simplemente empiezan a salir de la tierra y van expulsando a los humanos. No obstante, mantienen la cultura y las costumbres porque es lo que hacen los trasgos una vez se aposentan en tierras de otras razas: imitan todo lo que había antes de la forma más retorcida y esperpéntica posible. Llevando armaduras ridículas, katanas exageradamente largas, adorando a kamis con forma de larva o babosa, practicando el budismo con más dolor autoinfligido imaginable, etc.

Para no alienar totalmente a los jugadores y que puedan seguir jugando con humanos, podemos decir que muchos resisten aún en partes menos habitables, esperando el momento idóneo para realizar un contraataque contra los invasores.

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Vale, solucionados los trasgos. Los onis y los androides son más sencillos.

Los primeros proceden de una o más islas donde tienen su civilización (Onigashima y todo eso). A menudo van a las islas más grandes a saquear todo lo que pueden o armar barullo en general. A veces, sin embargo, su objetivo es simplemente hacerse aventureros (cosa que, en realidad, es indistinguible de lo anterior) y esto es algo más plausible que en el caso del ogro estándar de fantasía medieval occidental porque son presentados como más inteligentes y con dones innatos para la magia. Así que ahí lo tienes, pueden ser de cualquier clase, incluso ladrones, ya que probablemente tendrían capacidades naturales para cambiar de forma.

En el caso de los androides, podemos asumir que se encuentran en varios modelos con distintas características. Probablemente muchos de ellos fueron fabricados por los propios pseudojaponeses mientras aún eran humanos y los trasgos aún los siguen usando a pesar de que seguramente son casi indistinguibles de los humanos (lo cual los hace una buena opción si quieres jugar con algo que parezca humano). Por otra parte, me gusta imaginar que quizá muchos de ellos decidieron apartarse de la humanidad y formar su propio estado (también me gusta imaginar que la llaman la Ciudad del Hierro y es como en la peli de la Princesa Mononoke, solo que ultratecnológica). Y probablemente también haya androides superiores e irreplicables de una edad perdida. Además, la presencia de androides abre las puertas a todo tipo de locuras de ciencia-fantasía como pistolas láser, escudos de fuerza, espadas láser, yelmos con visores infrarrojos, sistemas de gravedad cero, armaduras de kevlar, más láser, etc.

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Por último tenemos las arpías y erinias. Aunque en D&D se hace una diferencia clara entre estos monstruos haciendo de las arpías un monstruo normal y de las erinias un tipo de diablo, en la mitología griega original eran muy parecidas. Mientras que las erinias eran personificaciones femeninas de la venganza, las arpías eran mujeres aladas enviadas por Zeus para castigar a un tipo en concreto (aunque luego la cosa fue divergiendo). El caso es que ahí lo tenemos, mujeres vengativas, probablemente aladas, en una ambientación donde los tengu probablemente son un factor a tener en cuenta. De modo que, sí, todo parece indicar que las usaría como dos especies distintas de espíritus de las montañas, que surgen de ellas para castigar distintos tipos de crímenes. Probablemente por eso muchas de ellas se hacen aventureras. O a lo mejor simplemente tienen un rígido código moral dictado por su conocimiento del bushido y las artes marciales.

Conclusión: un grupo de personajes normal en esta ambientación consistiría probablemente en un humano explorador que odia a todos los demás, un samurái trasgo que quiere recuperar tierras que nunca fueron suyas, un oni mago que se hace pasar por androide, un guerrero androide que se hace pasar por humano y una señorita (probablemente semidesnuda) con alas, varias katanas y sed de justicia. Diversión asegurada o les devolvemos el tiempo invertido en leer esta entrada. Gracias por leerme. Valmar Cerenor!

3 comentarios:

  1. Joder, que risión.

    Pero la cosa no parece mala, la verdad. De hecho me ha gustado argo...

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  2. ¿Que te ha gustado algo? Pero serás chacal.

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  3. Vale, me ha gustado bastante, pero no quería admitirlo públicamente. ¡Piensa en el escándalo!

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