Nomenclatura: las Colinas del trueno, las Colinas de las tormentas, las Cañadas del hierro, el Tambor del relámpago, la Cuna de hierro
Descripción: colinas casi deshabitadas, escarpadas, de difícil tránsito y donde abundan los recodos ocultos. Las cubre abundante hierba, pero apenas árboles. Sobre ella descarga constantemente una tormenta eléctrica.
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Cosas que se saben:
- Los nativos de alrededor las evitan por ser casi inhabitables.
- Nadie recuerda que la tormenta haya cesado ni una sola vez, como mucho, que haya bajado un poco su intensidad.
- Las lluvias casi incesantes crean peligrosos torrentes.
- Abundan los yacimientos de hierro, pero son prácticamente inexplotables.
Cosas que se rumorean:
- Las minas de hierro fueron antaño explotadas, pero ahora están encantadas.
- Un dragón está furioso por los pecados de los antiguos habitantes de las colinas, por eso vuela sobre ellas, produciendo las tormentas. Un par de siglos son apenas un pestañeo y no se ha dado cuenta de que ya ha terminado su trabajo.
- A veces, contra la luz de los rayos, se recorta la silueta de grandes torres.
- En los recodos pueden encontrarse restos de edificios metálicos.
- Los torrentes están habitados por peces que se han acostumbrado a vivir en las colinas, son inmunes al relámpago y devoran cualquier cosa que puedan encontrar.
- Bajo las colinas duerme el dios del hierro, esperando que un rayo lo alcance para despertar y arrasar el mundo.
- Bajo las colinas duerme el dios del hierro, esperando que un rayo lo alcance para despertar y traer una nueva era de prosperidad y riqueza.
- Los antiguos mineros de las colinas encontraron algo que no debían y despertaron a las tormentas.
- La tormenta está viva y odia las colinas.
- La tormenta está viva y ama las colinas.
- Los lobos de hierro ahúyan a los rayos cundo la tormenta es más intensa.
- Algunos cazadores locos habitan las colinas y a menudo bajan a las poblaciones próximas a vender chatarra. Huelen a quemado.
- Están infestadas de trasgos que invocan la tormenta sin cesar con rituales impíos.
- En el centro de las colinas, protegido por las tormentas, hay un lugar donde el tiempo siempre es placentero y se recrean los inmortales.
- En el centro de las colinas habita un gigante que forja las nubes y relámpagos de la tormenta.
- Las colinas están plagadas de gólems metálicos creados por un hechicero loco.
- Las colinas están plagadas de gólems metálicos llegados de las estrellas.
- Las colinas están plagadas de gólems metálicos surgidos de la tierra.
- Las colinas están plagadas de monolitos metálicos que atraen el rayo y cuyas inscripciones son casi ilegibles.
- Las colinas están habitadas por trasgos que se cubren con extrañas pieles que alejan el agua y la lluvia.
- Los cazadores de las colinas practican el canibalismo pues hay poco que comer.
- Ciertas hierbas que crecen en las colinas tienen el poder de alejar las tempestades de quien las tome.
- Ciertas hierbas que crecen en las colinas tienen el poder de hacer que las tempestades sigan a quien las tome.
- A quien le caiga un rayo en las colinas, nunca más lo herirá la electricidad.
- A quien le cae un rayo en las colinas y sobrevive, no pasa un día sin que le caiga otro.
- El dios del hierro las habita y no tiene ninguna intención de salir de ellas.
- El dios del hierro las habita y solo la tormenta lo mantiene prisionero.
- La tormenta ha de durar quinientos años, entonces las colinas estarán en paz otros quinientos años y, terminados estos, la tempestad volverá. El ciclo actual está a punto de acabarse.
- Brujas geománticas practican extraños rituales sobre las colinas.
- El dios de las tormentas ha declarado las colinas su pista de bolos particular y no le gusta que le estropeen una buena partida.
Gracias por leerme. Valmar Cerenor!
Me a recordado a los Hititas de La puerta de Isthar.
ResponderEliminarBastante, sí, ¿para qué negarlo? xD
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