La escultura es de Hedi Xandt. Tenía otra imagen en la que no se le veían las tetas, por eso puse esta. |
Y eso les viene especialmente bien porque se alimentan de ideas y recuerdos. Se acercan a su potencial víctima y clavan su lengua en la base del cráneo del desgraciado para empezar a sorber. Pueden coger mucho apego a gente especialmente prolífica y parasitarlos durante años, frustrando totalmente cualquier actividad a la que se dedicaran.
Es por esto que es fácil encontrarlas en ciudades que pasan por una época dorada para la cultura y el arte. Es como un bufet libre para ellas, de esos japoneses donde la comida va en cintas y no tienes ni que levantarte.
Por supuesto también están especializadas. Por ejemplo las antiuranias solo roban las ideas de astrónomos, astrólogos y astrofísicos. A veces las de algún geómetra despistado.
Pero las ideas y recuerdos no se pierden para siempre. Aquel que consuma la lengua de la antimusa obtendrá de golpe aquellos que consumiera en las últimas veinticuatrohoras y podrá tener reminiscencias de los anteriores, aunque le costará más cuanto más lejos estén. Hay que notar que hay que consumir la lengua entera, no se puede compartir.
Otro de los problemas que causan estos bichos es que a veces reemplazan lo que se llevan con muy malas ideas que pueden llevar a la ruina a cualquier ciudad o nación.
¿Pero cómo me libro de este bicho que no deja de darle lengüetazos en la nuca a mi primo? Con cebo. Las antimusas pierden momentáneamente su capacidad de ser invisibles después de comer, por lo que solo hay que rodearlas en ese momento. No obstante, cuidado con sus garras afiladas y su lengua, ya que sus latigazos, además de dolorosos, pueden robar recuerdos al azar.
Algunas han aprendido a evitar la confrontación haciéndose pasar por humanas tan feas que ocultan su rostro.
Cuando encuentras a la antimusa está... (1d10):
- ... alimentándose.
- ... volviendo a su guarida tras alimentarse.
- ... siguiéndote a ti o a uno de tus compañeros.
- ... yendo a alimentarse.
- ... haciendo cosas normales, fingiendo ser una mujer con velo.
- ... herida, huyendo de una banda de cazadores y pidiendo socorro.
- ... vagando, buscando una nueva víctima.
- ... desesperada, intentando vender su propia lengua a una bruja.
- ... durmiendo, bañándose o desprevenida de alguna forma.
- ... con otras de su especie, practicando rituales a su madre la diosa del Olvido y la Melancolía.
Ha quedado genial, ¡mi enhorabuena!
ResponderEliminarMe gusta especialmente la parte del buffet japonés, me imagino a las antimusas atiborradas y somnolientas viendo pasar a gente por las calles de una ciudad en plena efervescencia creativa.