En este post continuamos describiendo las distintas regiones que forman estas tierras del sueño. He aquí el primer post con una introducción.
La Entrada al Gran Canal de Venecia, Canaletto, c. 1730 |
Un laberinto de canales, una Babilonia acuática donde siempre es carnaval.
Aquí las máscaras se mezclan constantemente con la "realidad": es difícil de saber si un hombre con armadura es un simple encubierto o un caballero que ha acabado en este lugar en el transcurso de sus aventuras, por lo que a menudo vale la pena tratar a todo el mundo como aquello de lo que van disfrazados, incluso cuando parece obvio que se trata de un disfraz.
The Fall, 2006, Tarsem Singh |
Esto suele ser afortunado para la mayoría de visitantes de la hipnologia, que suelen aparecer en la intersección entre los Alpes suizos, la California española, África y Venecia, y suelen acabar en esta última, donde ya están acostumbrados a acogerlos y ofrecerles protección.
El ambiente de la ciudad es cosmopolita y sofisticado; el lugar idóneo para intercambiar información y conseguir aliados, sobre todo si uno sabe manejarse entre el hervidero de sociedades secretas, conjuras y redes de espionaje.
Logias masónicas, grupos de aventureros, simposios de eruditos, la Clavícula de Salomón, fanáticos religiosos... todos buscan el poder que puede devenir de influenciar la república y sus dominios.
Por no hablar de otras personalidades que aprovechan el anonimato inherente a la ciudad para sus propósitos: se sabe que Morgana Le Fay la visita con frecuencia, y ese extraño de ropajes amarillos no es de fiar...
Amadeus, Miloš Forman, 1984 |
Pescadores en una aldea holandesa, Charles Henri Joseph Leickert, 1884 |
El sur de la ciudad de Venecia se convierte progresivamente en el norte de Ámsterdam, sin que nadie sepa exactamente dónde terminan los canales de una y comienzan los de la siguiente. Y más al sur se extiende la campiña holandesa.
Esta república comercial en buena medida un reflejo de Venecia, con la que está aliada en su guerra contra el Alférez, pero si en la serenísima todo es desbordante y excesivo, en Ámsterdam encontramos mesura protestante y comedida. Estas diferencias de carácter y religión (además de los choques comerciales) hacen que haya fricciones entre las dos repúblicas, pero mientras tengan un enemigo en común, la alianza probablemente prevaleza. Probablemente.
Amsterdam Stock Exchange courtyard, Emmanuel de Witte, 1653 |
Su flota, con Pieter van der Does como su osado almirante, es una de las principales amenazas al dominio marítimo del Alférez y se rumorea que están tratando de crear una liga y combinar fuerzas con Venecia y otras potencias para atacar España (18), pero las negociaciones no están llegando a ninguna parte.
Y la influencia del Alférez comienza a sentirse en sus tierras, como en la extraña fábrica de chocolate que ha aparecido en su costa norte...
El Guadalquivir y la Torre del Oro, David Roberts, c. 1832 |
Esta es una tierra reseca, bañada por un caudaloso Guadalquivir como el Nilo recorriendo los desiertos. El río, casi completamente navegable, ancho y caudaloso, va a dar a la metrópoli de Sevilla, la capital del Alférez, desde donde gobierna y el principal atracadero de sus enormes galeones y flotas.
Estas tierras están hechas en buena medida de los recuerdos de su Extremadura natal y la Sevilla de su juventud, combinados al modo que lo hacen los sueños.
La gran anchura del Guadalquivir le permite remontarlo y atacar Sudáfrica (23) en operaciones combinadas por agua y por mar.
No obstante, aunque este es el centro de su poder, no todos los españoles le tienen aprecio: la garduña, la organización criminal que agrupa a los malhechores de Sevilla, trabaja contra él, luchando por mantenerse a flote. Y en las montañas y colinas del interior los bandoleros hacen la guerra de guerrillas contra sus tropas
El Alférez en sus mejores galas. The Fall, 2006, Tarsem Singh |
The Fall, 2006, Tarsem Singh |
Pirámides de Meroe, Karl Richard Lepsius, c. 1842-1845 |
Este enorme erial es en buena medida una trampa mortal, pero está sembrado de ruinas y tumbas que albergan los tesoros de los faraones negros.
Está en buena medida bajo el dominio del Alférez, especialmente desde que Siberia (13) cayó en manos de su servidor Roman von Ungern-Sternberg. Aquí en los desiertos gobierna Yakub el Doliente, famoso por su crueldad (y eso que el mínimo que se espera de los servidores del Alférez ya es bastante alto. Es un hechicero que conjura visiones de tierras lejanas en un charco de tinta vertido en la mano, lo que le permite estar mucho más informado y conectado con otros puntos de California Dream de lo que se podría esperar. Sueña con matar algún día al Alférez y usurpar su poder.
The Fall, 2006, Tarsem Singh |
Pero las ruinas no están completamente abandonadas: la región aún está habitada por los restos parpadeantes del Reino de Kush que se hacen tangibles a intervalos irregulares, trayendo sus antiguos reyes, guerreros y gentes de vuelta a la vida momentaneamente. Cuando esto ocurre, el Nilo vuelve a fluir hasta la tierra y se une a su región (4) precipitándose en la primera cascada y conectando ambas directamente.
Fugado del rebaño, C.M. Russell, 1897 |
Las grandes llanuras de Wyoming son una tierra legendaria para gran parte de las tierras más occidentales de California Dream, pero son muy reales. Los vaqueros de estos alejados parajes no saben apenas nada del Alférez Terror y sus propósitos, pero su poder crece y muy pronto podrían verse atrapados en una pinza entre Sudán (19) y Sudáfrica (23) si las cosas no van bien...
Y no es como si no tuvieran ya bastantes problemas internos. En la zona limítrofre con el desierto de Sudán están aparecinedo comunidades religiosas cuya propia ley es mantenida por pistoleros errantes. Y a su vez están enfrentados con otros habitantes del lugar y el ser conocido como Rey de Amarillo y sus tropas inhumanas. En el sur son más favorables a la élite "afrancesada" de la vecina Kentucky (21), a los que muchos consideran poco menos que traidores. Y cuanto menos hablemos de los indios, mejor.
Westworld, 2016 |
Paisaje de Kentucky, James Pierce Barton, 1832 |
Las boscosas montañas de Kentucky, al sur de Wyoming, son el hogar en el exilio de los Castaigne, una familia de esclavistas fluviales de Mississsippi caída en desgracia. Desde su villa en estilo gótico sureño a orillas del lago Hali extienden un dominio limitado sobre la región y forman la ineficaz, corrupta, estólida y endogámica élite política local que controla a caciques asalvajados más pequeños.
En su patética corte imperan tres cosas: el lujo versallesco de pacotilla, el canibalismo y la adoración de demonios de toda clase.
Por eso no es de extrañar que tengn lazos con los adoradores del Rey Amarillo de la vecina Wyoming. Por lo demás son bastante aislacionistas, en parte ayudados por lo difícil del territorio, y miran al exterior solo con un resentimiento eterno hacia los enemigos que los desterraron, el yugo del Alférez y el mundo en general.
Su amor por la carne humana solo es superada por su megalomanía y sueños de grandeza, especialmente los de Hildred, el cabeza de familia, que asegura ser el heredero legítimo de una dinastía imperial que hunde sus raíces en la lengendaria Carcosa.
El resto de la región, más allá de las orillas del lago Hali y las escuálidas plantaciones que lo rodean está habitada por nativos que desprecian a los Castaigne, [hillbillies y tramperos independientes.
El pacto de los lobos, Cristoph Gans, 2001 |
Gran Roble, bosque de Sherwood, Nottinghamshire, Andrew MacCallum, 1881 |
Una enorme fronda enmarañada y de difícil tránsito, habitada por una miriada de señores feudales menores con diminutas baronías y condados que se han reunido bajo el estandarte del príncipe John y el sheriff de Notthingham para forjar una alianza de conveniencia con el Alférez Terror y así defender su frontera sur de las depredaciones del Imperio Zulú.
No obstante, esa endiablada maraña también es hogar de un sinnúmero de bandas de salteadores. La mayoría son despiadados ladrones, pero unos pocos, como los hombres alegres de Robin Hood, son de buen corazón y se oponen a los nobles y los hombres del Alférez.
Robin of Sherwood, Richard Carpenter, 1984 |
Su hijo Mordred, tan poderoso como cualquiera de los caballeros de la mesa redonda, también se dedica a recorrer esta región y las circundantes sembrando el miedo y la ruina a su paso, por lo que no ha tardado mucho en llamar la atención de Terror, que ahora está interesado en usarlo contra sus enemigos como Chaka Zulú.
Kora-Khokhoi preparándose para partir, Samuel Daniell, 1805 |
El Imperio Zulú soñado por un guerrero que recuerda a Chaka como un superdiós sangriento, siempre adoptando su fiero aspecto de batalla, que ha ascendido al a divinidad buscando la sangre y la matanza. Así su tierra se convierte en un reflejo de su belicosidad: corren ríos de sangre, brotan bosques de empalamientos, los hijos nacen ya adultos y completamente armados.
A pesar de todo este paisaje apocalíptico, Chaka mantiene una alianza tensa con con las repúblicas de Venecia y Holanda (especialmente tensa esta última dada la presencia de los bóers en su territorio) con el fin de mantener a raya al Alférez Terror.
Si el principal frente naval ahora mismo es la costa malaya (12), la mayor guerra terrestre se está dando precisamente aquí: los tercios españoles no paran de desembarcar desde el Guadalquivir (18) para luchar contra los zulús y, de conseguir doblegarlos, tendrían una ventaja estratégica nada desdeñable a la hora de atacar a las repúblicas centrales, de ahí que haya tanto en juego en esta región.
Fuente |
La inmersión del Faraón en el Mar Rojo, Andrea Previtali, c. 1515-1520 |
En este mar maldito las diez plagas de Egipto se han convertido en una parte constante del ecosistema: de ahí su nombre, pues sus aguas están constantemente rojas por los ríos ensangrentados que desaguan en ellas.
Ni si quiera las tropas del Alférez pasan en estas costas más tiempo del necesario y los únicos habitantes permanentes son amalequitas retorcidos que habitan en zigurats en la costa donde adoran a los dioses que llaman annunakis.
Y bajo las olas aún perdurarn los zombis abotargados de los egipcios que siguieron a Faraón tras Moisés y los suyos. Hasta que no les sean practicados los ritos funerariso adecuados, sus espíritus irredentos no hallarán descanso.
Oasis en el desierto, Antal Ligeti, 1862 |
Una enorme extensión de arena habitada sobre todo por tuaregs corruptos seguidores del Alférez Terror.
Estas tribus han encontrado la forma de viajar a cualquier territorio continental de la periferia de Californa Dream internándose en lo profundo del desierto. Hacerlo es una prueba fe, dejándose llevar por los camellos en mitad de la tormenta de arena, y de hecho lo descubrieron de forma accidental. En base a este fenómeno creen que un desierto infinito circunda la creación entera, y que sólo la voluntad de Dios evita que las arenas lo cubran todo.
Numerosas ciudades se encuentran dispersas a lo largo del desierto, como la antigua Sarnath, pero otras permanecen como un punto de paso para caravanas como Tumbuctú la Ciudad sin nombre, hogar ancestral de los Amalecitas.
Valkyrie, 2008, Bryan Singer |
Y últimamente corren rumores de que hay hombres de piel y pelo claro recorriendo las entrañas del desierto en ruidosos carros de metal....
Y esas son las 25 regiones de California Dream. Dicen que algunos productores de Hollywood incluso se inspiraron en ellas para sus localizaciones...
[Dan y yo esperamos que os haya gustado y si os gusta la ambientación y queréis que publiquemos más al respecto, no dudéis en hacérnoslo saber y estaremos encantados. Hasta entonces gracias por leernos. Valmar Cerenor!
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