Al final de la sesión anterior, un nutrido grupo de 12 PJ habían abierto un compartimento secreto bajo el trono de una estatua de Hete, la diosa del mal y el rencor, para encontrar una corona de plata con ónices, una redoma de líquido y un bulto alargado envuelto en vendas.
Quizá porque oyeron algo, quizá por un repentino temor religioso a la diosa, quizá por un apretón, más de la mitad del grupo abandonó la mazmorra, dejando a cargo de examinar los tesoros a Bakur el enano, Darathil el explorador, Silfo la bladedancer, Athelstan el guerrero nordés y Carroña, hijo de Carroña.
Fue este último quien abrió el saco para ir metiendo la redoma, la corona y, finalmente, el bulto. Pero antes de eso decidió desenvolverlo para descubrir que era una espada, de hoja de acero damasceno mate y empuñadura de acero simple, sin más adorno que un rubí en forma de lágrima en el centro de la guarda y algo escrito en neutrla maligno en la base de la hoja. Pero entonces paró en seco, se levantó, le puso la corona a la estatua de la diosa, se cortó las palmas de las manos en el filo de la espada y, cuando se arrodilló a tocar los pies de la estatua con la sangre, sus compañeros le detuvieron y le obligaron a soltar la espada.
Darathil la cogió con mucho cuidado envolviéndola con su capa y la envainó en la vaina de su propia espada para evitar más problemas y decidieron que pasado ese susto, sería buena idea mirar si la estatua de Sterculius también tenía un compartimento secreto.
No obstante, mientras se dirigían hacia allí vieron humanoides que entraban en la mazmorra, así que aprovecharon su conocimiento del complejo subterráneo para darles esquinazo y pillarlos por sorpresa. Resultaron ser dos orcos y había dos más que entraron tras los primeros, de los cuales noquearon a uno de ellos para su posterior interrogatorio. Tras ver que no había nada en la estatua del alcaide del Tártero, recogieron sus cosas y se pusieron en marcha hacia Mediovado.
Poco después de su partida, parte del grupo (otra parte se había marchado también) regresó a la rectoría: Ogyala la bruja, Furairla la bladedancer, Balder el bardo, Amod el bardo-médico y, acompañándolos, Therendil el elfo y Danthil el asesino que aun así es un tío legal.Entraron a la rectoría y se dirigieron al oeste con la intención de pelearse con unos necrófagos de la sesión anterior. El único problema es que un limo verde cayó del techo directo sobre Amod, pero como él llevaba la antorcha, el limo lo esquivó y rodeó en su lugar al elfo Therendil. Los intentos de matar al limo con fuego también lo afectaron a él y, cuando el cieno fue destruido, solo encontraron su cadáver parcialmente calcinado.
Darnak el enano, quien estoy seguro que es primo de Bakur, y que se había retrasado, llegó solo a tiempo de ver el cuerpo muerto del elfo y sonreírse. Así que le dieron honrosa sepultura frente a la mazmorra y siguieron adelante.
Abrieron la puerta de la sala de los necrófagos y, aunque paralizaron a Liquidator, el perro de guerra de Furairla, usaron la expulsión de Furairla para dejarlos indefensos y asaetearlos. Tras esta descubrieron una sala con una estatua de bronce que representaba a Hete sacrificando una vaca, a escala natural.
Actuando con cautela, pegaron la oreja al bronce y oyeron que estaba hueca y algo se movía dentro, así que la calentaron hasta asegurarse de matar a lo que había dentro como si fuera un toro de Fálaris. Entonces la abrieron por la fuerza con un pico y descubrieron los cadáveres de diez ciempiés gigantes hechos al vapor y millar y medio de monedas diversas que sumaban 455 mo en total.
Tras este fliz descubrimiento, decidieron dar un rodeo para volver a acceder a la mazmorra por el lado norte y así bajar por las escaleras que descendían aún más. Así descubrieron que en efecto la mazmorra tenía otro nivel y empezaba en un rastrillo desde el que se veía una sala de suelo ajedrezado con un monolito de basalto en el centro.
Fue Amod el que pasó sin miedo por debajo del rastrillo cuando lo levantaron y bloqueó el mecanismo del otro lado para mantenerlo alzado. Nada de lo que había en la sala resultó ser peligroso, así que forzaron una puerta que daba al sur y entraron en una zona de cavernas calizas.
Se adentraron solo un poco en ellas observando unas huellas que parecían humanas cuando tres criaturas grandes, peludas y pálidas que simplemente no habían visto antes. Los seres se lanzaron sobre ellos y los atacaron con ímpetu, pero al final los aventureros prevalecieron y escaparon con sus cuerpos y sus monedas de plata.
Tras esto, pusieron camino de vuelta a Mediovado.
Volviendo a Carroña y compañía, que recorrieron ese camino unas horas antes. Mientras iban tan tranquilos a través de las florestas, les atacaron 14 goblins. Por suerte tenían prisa y no quisieron meterse en una escaramuza, así que se conformaron con llevarse la mayor parte de su dinero en efectivo y toda su comida.
Antes de entrar en Mediovado con el orco prisionero estuvieron tratando infructuosamente de interrogarlo sin recurrir a la tortura y decidiendo si estaba bien matarlo o no, hasta que Athelstan se hartó y lo atravesó con la espada.
En Mediovado fueron directos a la posada a descansar y prepararse para partir al día siguiente hacia Veza y vender allí los tesoros ques habían reunido. Pero antes de partir al día siguiente, viernes, les llegó un chico con un mensaje de Frorla, el abogado mediano.
Decidieron reunirse con él y este les ofreció un encargo urgente de asaltar la casa de una banda de ladrones que se ha instalado recientemente en Mediovado y han robado una caja de un cliente confidencial (según su descripción, negra, cúbica, de unos 30 cm de alto y encantada para que no se pudiera abrir fácilmente). De modo que les pidió que recuperaran la caja a cambio de una recompensa de 250 mo y su gratitud. Ellos aceptaron con un adelanto de 25 mo "para sobornos".
Estudiaron la casa y vieron que dentro parecía haber como media docena de personas y que fuera siempre había un señor mayor envuelto en mantas echando una siesta mientras fumaba una pipa. Mientras Darathil se daba una vuelta, además, no pudo evitar que alguien lo viera por una de las ventanas.
Y así quedó la cosa, a la espera de que se produzca (o no) su heroica recuperación de la caja. Estadísticas de la campaña hasta ahora:
- Sesiones jugadas: 9
- Tiempo de juego transcurrido: 6 días
- Jugadores individuales: 17
- PJ individuales: 21
- Muertes definitivas: 2
- Total de PX repartidos: 6647
- Jugadores en promedio por sesión: 6
¡Gracias por leerme! Valmar Cerenor!
Y antes de que os vayáis: si os interesa todo esto, meteos en mi refulgente server de Discord, gritadme "Armendûr" por ahí y en menos de lo que canta un gallo os tendré haciéndoos un PJ en el servidor secreto. ¡He subido el número de partidas por demanda popular!