Porque los condenados no pueden estarse quietos...
1. Mirar durante horas al resto del grupo, incapaces de hacer otra cosa que dar mal rollo.
2. Pasearse por todo el lugar agitando y tirando cosas.
3. Subirse a un árbol, bajar, subirse a otro...
4. Quedar enfrascados en la escritura de horribles poemas que a la mañana siguiente insisten en leer al grupo.
5. Contar todas las piedras a veinte metros a la redonda hasta que sale el sol. En voz alta.
6. Limpiar su equipo y a sí mismos de forma obsesiva.
7. Intentar atrapar la luna con una cuerda y un gancho. Mientras se pone, la maldice diciendo que mañana la cogerá.
8. Cazar animales pequeños y dejar sus cadáveres en las camas de otros miembros del grupo.
9. Hacer tallas de madera del grupo sufriendo muertes horribles. Asegura que no son proféticas, pero siempre te queda la sospecha...
10. Afilarse las orejas a navaja. Les duele y suelen gritar bastante, pero aseguran que la belleza cuesta.
11. Practicar nuevos pasos de baile. A menudo se les unen animalillos nocturnos y arman jaleo hasta el amanecer.
12. Meterse en el agujero más próximo y permanecer en un estado de alerta felina. Todas las mañanas hay que ir a buscarlos...
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