- Después de una pronta recuperación de su aborto mágico, a Dhyana la mandan a Gildano, un pueblecito cerca de Vedetia. Por lo visto il signore Lambroni quiere un rubí mágico que un nigromante escondió en las extensas catacumbas del lugar.
- Se conoce que el rubí estaba cerca de una estatua con la efigie del nigromante. En el mapa que usé había muchas estatuas, así que era todo el rato. «—Y esta estatua tiene la forma de una abominación innombrable, un amasijo de miembros entre los que solo puedes distinguir una enorme boca abierta. —¿Parece un nigromante? —No, por mucha imaginación que le eches al asunto, no».
- Después de llegar de noche, meterse en un mausoleo y encontrar la entrada secreta (había que tirarle del dedo a la estatua, qué gracioso para un cementerio).
- Bueno, bajó a las catacumbas, se encontró con un par de esqueletos, luchó con ellos, casi la palma, le robó la espada al primero y la usó con brutal eficacia contra los demás, vio algunas estatuas, usó una antorcha que por despiste mío parecía infinita, se encontró con un chaval que registraba tumbas, vio un par de ghoules de lejos y finalmente cogió un tarro de oro que un esqueleto tenía abrazado.
- Y va y lo abre. Y no, dentro no había ni polvo venenoso ni un gusano que le saltase al cuello, sino el agradecido fantasma de un filósofo que accedió a guiarla hasta el rubí. Lástima que no se callase ni un instante.
- Por el camino se topan con un par de ghouls, los ghouls superan una tirada de Mago y la ven, Dhyana huye, ellos la persiguen, se para a cargarse un par, sigue huyendo, se encuentran con un par de esqueletos arqueros, los esqueletos se cargan a los ghouls, Dhyana vuelve, se carga a los esqueletos con su recién adquirida espada oxidada y con la indispensable ayuda de Fenrir el tigre.
- Ante estos contratiempos, Dhyana decide que el filósofo la guíe dando un rodeo por las cavernas naturales por donde no hay esqueletos (pero sí ghouls, por suerte no se topó con ninguno, pero sí un par de ratas gigantes).
- Y aquí llegamos a la parte interesante: dos habitaciones a cruzar para llegar hasta el rubí, 5 y 6 esqueletos respectivamente en sus puestos, algunos arqueros. Lo mejor era cruzar con sigilo de forma que... ¡Tiradas de Pícaro y Mago a punta pala!
- Hubo un par de combates en la primera habitación que, gracias a lo poco perceptivos que son estos esqueletos, no supusieron nada grave.
- En la segunda habitación el rubí estaba en un altar al final de dos hileras de tres columnas, con un esqueleto en cada una. ¿Solución? Fenrir tiene P8, le damos una poción de Armadura mágica por si las moscas y lo mandamos a moverse sigilosamente tras las columnas para pillar el rubí. Y la cosa salió bien, el problema fue volver. Casi la palma a flechazos, Dhyana tuvo que salir a distraer a los esqueletos mientras conseguía huir cogeando, pero se libraron. Los esqueletos no los persiguieron, no eran demasiado listos al fin y al cabo y siguieron vigilando el altar vacío.
- Patri en un principio elucubró el plan de usar Levitar. Se echó atrás al saber que solo le servía para elevarse. Pero, oye, puedes usarlo para subir hasta el techo, caminar hasta el altar, descolgarte a lo misión imposible y volver. Lástima que el conjuro base solo dure diez minutos, eso lo hace más interesante.
- En fin, volvieron a tientas con el rubí hasta la salida por donde habían venido. Por el camino saquearon otra tumba, 100mo y un bonito colgante.
- Los recogieron, entregaron el botín a Lambroni y paseó un poco por la ciudad.
viernes, 27 de abril de 2012
La campaña de Dhyana (3)
Bueno, hace un par de semanas que terminamos la última aventura, así que voy a hacer memoria...
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Fue una sesión movidita. ¡Se esta convirtiendo en una aventurera imprudente! jajaja
ResponderEliminarEn realidad fueron cuatro sesiones. Tres por ordenador y la última en persona. Si algo he aprendido, es que el rol cara a cara es mucho más rápido. xD
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