O al menos Japón.
1. Los golt-chag. Simplemente piensan que todos los que no sean golt-chag son una aberración y una amenaza potencial a su hegemonía. Y, vale, sí, es justo.
2. Los azzurik, una raza de enormes reptiles que dejó sus huevos en la Tierra para que eclosionaran. Nosotros no supimos reconocerlos como tales y hemos empezado a destruirlos con nuestra minería, por lo que los papás no están especialmente contentos.
3. Los antihumanos de Némesis, nuestro antictón invisible. Como nuestra antirraza, su necesidad de destruirnos está fuertemente imbricada en su psique y su cultura gira en torno a ello. Honestamente, si nosotros supiéramos que existen, nos pasaría lo mismo.
4. Los kaizir, hombrecillos verdes que creen dos cosas: 1) que nuestras enormes emisiones de CO2 son una ofrnesa a sus sentimientos religiosos y 2) que todas provienen de nuestras flatulencias.
5. Los ulok: después de llevar humanos a su planeta para su estudio, nuestra gripe común se extendió como una pandemia y mató a millones de su raza. Están seguros de que incinerarnos en nuestro propio sol es el curso de acción razonable para evitar que se repita.
6. Los gol-khur, una raza guerrera y despiadada que nos ve como iguales, dado que vivimos en un planeta igualmente hostil y poseemos una sed de sangre equiparable. Para demostrar su amistad, nos han retado a una guerra entre colegas.
7. Los maati, una raza de alienígenas similares a humanos muy, muy atractivos. Se han dado cuenta de que, de descubrirlos, probablemente trataríamos de convertirlos a todos en esclavos sexuales y prefieren dar un golpe preventivo. Y, vale, sí, difícilmente podemos culparlos.
8. Los kul-kan, siderecologistas extremos. Simplemente están hartos de que disparemos mierda al espacio.
9. El Imperio de Zorvon, gobernados por el tirano homónimo, quien se la tiene jurada a los humanos como una más de sus muchas manías y demencias.
10. Los gusanos gigantes de marte. No parecen gran cosa, pero espera a que empiecen a redirigir meteoritos contra nuestras naves de colonización.
11. Los servidores de la Madre Cerebro. Ha hecho las cuentas y sus insondables macrorredes neuronales determinan que la humanidad debe ser erradicada.
12. Dinosaurios espaciales. Han vuelto para reclamar la Tierra tras millones de años.
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