«Una ruinosa y terrible forma de vida… ¡no valen ni para hacer salchichas!».
—Cruasán el Tostado, gastromante
Nomenclatura. Jabamita, trasgorrino.
Descripción. Un humanoide con rasgos porcinos y aspecto grotesco. Algunos están cubiertos de un grueso pelaje de color oscuro, mientras que otros son casi lampiños.
Cantidad que aparece. Pequeñas bandas (2d6).
Tamaño. Algunos ejemplares excepcionales alcanzan el metro y medio de altura, pero la mayoría apenas supera el metro. En sus comunidades el tamaño determina el rango.
Armadura/evasión. Su espeso pelaje y gruesa capa de grasa
Resistencia. Como un humano
Movimiento. ágiles, son buenos escabulléndose. Escurridizos
Inteligencia. En el límite entre lo humano y lo animal. Desconocen el fuego y sólo son capaces de crear las herramientas de madera y piedra más sencillas.
Comunicación. Gruñidos que a duras penas conforman un proto-lenguaje.
Disposición. Omnívoros oportunistas.
Violencia. Mordiscos y golpes con las toscas cachiporras que fabrican. Los ejemplares dominantes a veces logran hacerse con armas humanas, como dagas o espadas cortas, que usan con torpeza.
Enemigos. Son un alimento pobre y pocos depredadores los cazan. Su carne es muy grasa y de mal sabor. Las comunidades agrícolas los rechazan con violencia.
Metas. Alimentarse y reproducirse.
Guarida. Hacen sus cubiles en cualquier sitio. Los más osados se han instalado en las alcantarillas y vertederos de las ciudades.
Tesoro. Tienen un conocimiento rudimentario de la importancia de los objetos de estatus. Sus líderes se adornan con cosas brillantes que obtienen en sus depredaciones.
Peculiaridades
- Su estupidez les da una resistencia adicional a encantamientos y control mental.
- Pueden llegar a ser una amenaza seria si alcanza un número lo bastante grande. El hambre los vuelve osados.
- Apetito voraz, agotan los recursos de las regiones en las que viven.
- No temen a los seres humanos, atacan los campos de cultivo
- Muy tontos, casi hasta el punto de no ser conscientes del peligro.
- Cada hembra puede tener 16 crías al año y alcanzan la madurez física a los tres años de vida. Si disponen de suficientes fuentes de alimento esto conducirá a una inevitable explosión demográfica.
- Algunos brujos intentan reclutarlos para que les sirvan como esbirros, pero se acaban rindiendo, decepcionados con su incapacidad para seguir incluso las órdenes más sencillas.
- Se dice que los ejemplares albinos poseen una inteligencia maligna y la capacidad de doblegar la voluntad de sus congéneres.
- Apareándose.
- Hozando.
- Sesteando, sus hábitos son indistintamente diurnos y nocturnos.
- Peleando entre sí para establecer la jerarquía del grupo.
- Saqueando un granero, una huerta o las provisiones de unos viajeros.
- Huyendo de un grupo de campesinos muy enfadados.
Algunos eruditos creen que son los descendientes degenerados de una poderosa civilización prehistórica de superhombres jabalí. Otros estudiosos más serios sostienen que en realidad son el resultado de un experimento mágico fallido para crear un animal de granja prolífico y barato.
Los sacerdotes de cultos de la Ley ven en ellos la influencia caótica del Plano de la carne.
Entre el vulgo se rumorea que son el fruto de la unión contra natura entre cerdos y trasgos. Estos últimos ni confirman ni desmienten esta acusación.
Ah, y he aquí un mensaje del Gran Maestre de la Orden del Hacha Naranja:
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