viernes, 23 de agosto de 2019

Matándolo todo | Avarnia Meridional - Reporte 25

Tras haber limpiado de cultistas del Caos la villa en ruinas próxima a Nolvunt, los alguaciles de la compañía del Oso decidieron lidiar con un antiguo conocido: un hombre hipopótamo que vivía peligrosamente cerca.

Llegaron a los cañaverales donde estaba la guarida de la bestia, en unas rocas, y sigilosamente tendieron una trampa a la salida para atraparlo y poder coserlo a flechazos y magia. La trampa no fue tan efectiva como esperaban, pero eso y el ataque de Lucán (el guerrero que habían contratado) fue suficiente para contener a la bestia y que pudieran darle muerte, haciéndose con su piel y sus colmillos.

Además, en el interior de la cueva encontraron a una chica desnuda que el ser había capturado, de modo que la enviaron de vuelta a Nolvunt acompañada de Gaut, su bribón de confianza, completamente hecho polvo después de estar tantas veces cerca de morir.

Así, pero al revés.
Tras esto fueron a una zona donde el Salhún forma varios vados y son escenario de frecuentes escaramuzas entre los avarnos y los osgos de la otra margen del río. Allí Osuin, el mago, usó a su halcón familiar para registrar los alrededores en busca de osgos desvalidos. El halcón, por cierto, se llamaba Azûlay en honor al guerrero que dejaron recuperándose de sus heridas en la aldea. Finalmente el ave detectó algo: un pequeño caserío de pescadores semioculto entre unas colinas. Así, los alguaciles llegaron sigilosamente y mataron a todos los osgos: los pocos guardias que había y, sobre todo, mujeres y niños, llevándose sus cabezas para poder saldar una deuda que tenían pendiente en Lóvaraz y escapando antes de que los machos regresasen de pescar, donde probablemente estaban.

Tras esto se dirigieron a unas montañas al este del Salhún en las que habían oído hablar de ciertas ruinas de un antiguo laboratorio. En ellas encontraron a dos mendigos durmiendo que rápidamente procedieron a atar, amenazar con tortura y registrar y encantar mágicamente para averiguar si tenían malas intenciones. Así encontraron que uno de ellos tenía un colgante que se podía usar como llave. Con él, encontraron un acceso a un nivel inferior inexplorado hasta entonces y descendieron dejando a los dos hombres atados a la entrada.

En las escaleras, los magos Osuin y Averagus sufrieron los efectos de una trampa antimagos: dos cabezas gemelas que les hacían daño al cruzar entre ellas en función de los conjuros que llevasen preparados.

Cuando incluso petrificado estás fabuloso. Fuente
Más abajo vieron unas rejas a las que había agarrada una estatua con un gestso de horror, por lo que decidieron ignorar por completo esa dirección e ir a su derecha, camino que llevaba a una amplia sala que otrora fue un laboratorio. En él descubrieron a unos cuantos señores de unos treinta centímetros que trataron escapar de ellos, pero uno no tuvo tanta suerte.

Tras atarlo, amenazarlo con tortura y registrarlo, el hombrecillo admitió ser parte de una tribu de pequeños humanos que habitaba estos laboratorios desde siempre. Les explicó que la criatura que había tras las rejas era un gorgón y les advirtió de las trampas de gas que había más adelante.

Así probaron otra puerta y descubrieron una muy bien nutrida biblioteca que les estaba haciendo ojitos. El pequeño señor les rogó que por favor no se la llevaran, pues les pertenecía a ellos por herencia, pero los alguaciles llegaron a la conclusión de que a ellos no les servía de nada, por lo que debían requisarla por el bien de la Ley.

El resto de la tribu, por su parte, no estaba tan seguro de eso y se lanzaron al ataque contra los que ellos llamaban "intrusos y ladrones". Su esfuerzo no sirvió de mucho, no obstante, ya que los alguaciles acabaron con muchos de ellos y los pusieron en retirada. Tras esto, simplemente cogieron tantos libros como pudieron y se marcharon, haciendo que los mendigos hechizados los llevaran por ellos.

Así se dirigieron a Derverum, una aldea en la margen este del Salhún, unos kilómetros río arriba de Nolvunt (en la margen oeste). El pueblo, según les contaron, había sido asolado por una enfermedad hacía poco y su población había caído mucho. No obstante, mientras esperaban a que un pescador los pasara al otro lado, fueron atacados por hombres cocodrilo desde las márgenes del río y desde el propio pueblo, aunque lograron escapar picando espuelas hacia el sur, hasta el fuerte Coralhún. Allí pasaron la noche y les confirmaron que los dos mendigos eran de fiar.

Al día siguiente por fin partieron de vuelta a Nolvunt, donde descubrieron que Gaut había matado a la chica: esta se había revelado como una bruja del Caos y atacado la aldea. El bribón, en un golpe de suerte, la había logrado decapitar. Osuin le preguntó a Gaut si había habido una recompensa y este dijo que sí, a lo que el mago repuso preguntando si iba a compartirla. Las cosas podrían haber ido a más si uno de los representantes de la aldea no hubiese aparecido para felicitar al bribón como un héroe.

Ah, y he aquí un mensaje del Gran Maestre de la Orden del Hacha Naranja:

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