Un conjuro de cosecha propia para La Puerta de Ishtar. Cuidado, puede herir sensibilidades.
Nivel: 3
Efecto: la persona que sea objetivo de este conjuro morirá irremisiblemente de la misma forma en que murió la víctima del sacrificio. El tiempo que tarde en perecer es desconocido, aunque no suele ser menos de tres días ni más de treinta. Las circunstancias que rodeen la muerte pueden ser de lo más variadas: si ha de morir apuñalado puede que sea por obra de unos bandidos, que se clave un cuchillo por accidente o que lo traicione un amante.
La única forma de evitar el fatal destino es recuperar el cráneo hechizado de la víctima sacrificada y destruirlo de forma que la muerte se vuelva contra el brujo que lanzó el conjuro.
Lanzamiento: el brujo debe buscar una víctima que amase de cualquier forma al objetivo del conjuro; puede ser romántico, pero también familiar, una íntima amistad o incluso un vínculo entre maestro y pupilo, mientras sea fuerte. Una vez la tenga acabará con su vida siguiendo un ritual adecuado. La forma de la muerte es irrelevante, salvo por el hecho de que el objetivo morirá de la misma forma y la necesidad de que el cráneo quede intacto.
Terminado el sacrificio dicho cráneo debe ser extraído y limpiado para tallar en su superficie el nombre del objetivo y las maldiciones adecuadas. No debe hervirse la carne, pues eso estropearía las propiedades del hueso, sino usar escarabajos devoradores de carne a este fin. El cráneo deberá colocarse en un altar, rodeado por dos luces alimentadas con el sebo de una cabra de dos cabezas. Se le dará de comer un trozo de carne de una persona que haya nacido esclava y muerto libre todos los días poniéndoselo en la boca. Se hará esto hasta que la calavera se convierta repentinamente en polvo, señal de que el objetivo ha muerto.
Aprendizaje: el brujo que desee aprender este conjuro deberá buscar una gruta no muy lejos de Samarra, cerca de donde el Zab se encuentra con el Idigna. Es la gruta de los cráneos, llamada así porque sus paredes están casi por entero cubiertas de calaveras. Deberá entrar solo, llevando los huesos de alguien que él mismo amase, y recorrer el túnel que desciende hasta la cámara más profunda. Mientras camine no parará de escuchar los gritos y llantos de los cráneos malditos, que se lamentan sin mover los labios, como si lo hiciesen desde dentro de la cabeza de los que se internan en el lugar. Una vez en lo más profundo de la gruta deberá alimentar a los cráneos que allí habitan con los huesos y finalmente colocar el mismo cráneo que lleve consigo en un lugar vacío de la pared. En ese momento el cráneo le explicará en susurros la forma de llevar a cabo el conjuro para luego empezar a lamentarse horriblemente como todos los demás.
Gracias por leerme. Valmar Cerenor!
Mooola.
ResponderEliminarCoincido.
EliminarMe acabo de dar cuenta que has tardado un minuto exactamente en responderme.
Eliminar¡DEJA DE DARME MIEDO!
Cada vez te salen mejor. Muy bueno lo de darle la vuelta al conjuro y convertirlo en un ataque contra el brujo. Material del que están hechas las aventuras.
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