Como ya dijimos tiempo ha no es cosa de asombrarse el que los lugares de más caudal recurran a brazos mercenarios para defender sus tierras de los monstruos y los bandidos, sobre todo allí donde la milicia del Conde no llega a tiempo o sin más no lo hace.
Mas, ¿de qué lugar salen estos mercenarios? De las hermandades de armas, claro. Las hermandades y cofradías son cosa frecuente en Ablaneda y con frecuencia corren paralelas a un gremio en el los cargos gremiales se corresponden con los de los cofrades. Sepan que en el caso de las hermandades de armas el oficio de su gremio es la guerra.
Las hermandades de armas son grandes en número; en el condado solo se conocen tres de renombre y una de ellas se dedica en exclusiva a trabajar como guardia de la ciudad de Yerbosera. Las otras suelen dividirse para aceptar trabajos en otras poblaciones y aldeas. El número de miembros hállase limitado por las instituciones gremiales de cada una de las hermandades, por ello los mercenarios no inundan el condado y todos los hermanos pueden sobrevivir, de la misma forma que un gremio de toneleros limitaría la producción de su producto.
Aquel que intente vender su espada sepa que hay una buena razón para que solo haya tres hermandades en Ablaneda: como en cualquier otro gremio no gustan de la competencia y el que se trabaje fuera de su yugo. Por ello los mercenarios o hermandades más pequeñas son rápidamente absorbidos o aniquilados.
Sepan que no faltan ronderos que pertenezcan a estas hermandades, pues en ellas las oportunidades para caer en pecado abundan. Puede que hayan traicionado a sus pagadores y fracasaran, o que se volvieran contra alguien especialmente poderoso en el Condado. Además es de saber que cuando una parte de la hermandad no halla trabajo, entre tanto se dedican ellos mismos al bandolerismo y el pillaje.
Gracias por leerme. Valmar Cerenor!
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