Fuente: la Vinajera |
En los meses de invierno y otoño del condado de Ablaneda a menudo se celebran antiguas mascaradas para diversión del pueblo y a fin de atraer la buena fortuna sobre la población que corresponda.
Pero nada es sencillo en este condado perdido de la mano de dios, y no pocas veces la máscarada de rigor, indispensable para los vecinos, acaba trayendo no pocos problemas que los ronderos acaban teniendo que arreglar con no pocos sudores y lágrimas de sus ojos. He aquí algunos ejemplos:
- Las mascaradas más tardías suelen, con no poca frecuencia, coincidir con el comienzo de la cuaresma y el carnaval. Solo atraer la atención del noble don Carnal y sus huestes de perros y vacas puede ser terrible, pero si se le suman escaramuzas con doña Cuaresma, las cosas pintan aún peor.
- Numerosos monstruos y criaturas aprovechan el uso de máscaras para entremezclarse con la gente, no siempre con buenas intenciones. De todos es bien conocido lo que ocurrió en Bajacervera cuando confundieron al ojanco de verdad con el de mentira.
- En muchas aldeas se representa la lucha entre el bien y el mal como la captura y muerte del Oso, con un joven del lugar vestido como tal. Por supuesto se deja ganar, pero si algún poder maligno quiere maldecir a la población, a veces se apodera de él, dándole la fuerza de un verdadero oso para defenderse.
- En algunos otros concejos cargan a un muñeco de paja cubierto de piel de cabra con los pecados cometidos por el pueblo y mandan a una expedición a abandonarlo en los montes, por supuesto, con los ronderos como escolta. Todo iría mucho mejor si la tradición no determinase que deben sacudir cencerros por el camino para evitar a los malos espíritus.
- En otros lugares donde Juan Quinto, el famoso bandolero, ha sido ejecutado en alguna ocasión, se vuelve a representar su juicio y enjuiciamiento en efigie. A veces el propio Juan Quinto aparece para impedirlo.
- No es raro que algunos hechiceros aprovechen las festividades para reforzar sus rituales de poder, cosa que no siempre termina del todo bien si lo que quiera que invocan por erro salta entre la multitud.
- A veces dos pueblos rivales tienen mascaradas distintas y estas caen cada año en un día diferente. Todo va bien hasta que cada pocos años ambas mascaradas coinciden el mismo día y los personajes de ambas se enfrentan en una batalla campal.
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