Basado en una idea de Luis Míguez.
Saludos, muníficos lectores.
Hoy les traigo dos criaturas emparentadas, probablemente provenientes del plano elemental del fuego, el Averno o los laboratorios de algún genio del mal obsesionado con investigar el necróleo.
El primero de ellos es el agipo, un temible perro negro de seis patas que respira fuego. Sus características son similares a las de un sabueso infernal, pero su velocidad es mayor y tiene un hambre voraz por cualquier tipo de combustible, haciendo que sea frecuente encontrarlo en bosques devorando madera o en lugares donde los magos guardan sus óleos de poder. Esto también puede ser usado en rituales para invocarlos.
No. Enc.: 2d4
Alineamiento: Caótico (Maligno)
Movimiento: 20m/60'
Clase de armadura: 4 [16]
DG: de 5 a 8
Ataques: mordisco (1d10) y respirar fuego
Salvación: F de 5 a 8
Moral: 11
Tesoro: C (AD&D) / XX (LL) / D (ACKS)
Tendrán 2d4 dados de golpe, mínimo 5. Se dice que los que tienen 8 tienen también ocho patas y son conocidos como octanagipos.
Además de morder con sus dientes de obsidiana, cada dos rondas puede lanzar fuego a enemigos a un metro de distancia, causando 1pg de daño por cada dado de golpe que tengan. Una salvación reduce el daño a la mitad. Se dice que si se han hartado de combustible antes del combate, el daño se duplica.
Son increíblemente sigilosos y tienen sentidos muy finos.
El agipgatto, por otra parte, aunque probablemente comparte origen con el agipo, tiene la forma de un gran felino atigrado (aunque no tan grande como un tigre propiamente dicho) y es capaz de lanzar fuego por su cola. Ambas especies comparten un odio visceral por la otra.
No. Enc.: 1d4
Alineamiento: Caótico (Maligno)
Movimiento: 15m/45'
Clase de armadura: 6 [14]
DG: de 3 a 6 (+1)
Ataques: 2x garras (1d3), mordisco (1d8) y lanzar fuego
Salvación: F de 3 a 6
Moral: 9
Tesoro: C (AD&D) / XX (LL) / D (ACKS)
También lanzan fuego una de cada dos rondas, pero pueden lanzar un chorro de combustible más concentrado que llega a 6m de distancia, causando 1 punto de daño por dado de golpe.
Aquellos con seis dados de golpe tienen dos colas, permitiéndoles disparar cada ronda.
Solo tienen cuatro patas, por lo que es popular el dicho "no le busques seis patas al agipgatto".
Cuentan que los rodean fuegos fatuos como llamas de butano, uno por el alma de cada persona que han matado y devorado.
Comparten el mismo sigilo y agudos sentidos que los agipos.
La mejor forma de escapar de ellos es dejar caer todo el aceite de lámpara que lleves encima y correr. Probablemente es lo que los ha atraído en un principio.
Gracias por leerme. Valmar Cerenor!
Bichos horribles. Fuego a ellos...
ResponderEliminarEspera...