Y que puede enseñar mientras narra sus hazañas... o su oscuro pasado. En homenaje a Against the Wicked City.
1. La espada negra del hechicero Alum-Katir, con que tanta desdicha había causado en tu comarca natal.
2. Un broche con un mechón rubio que su propietaria te entregó antes de que tuvieras que escapar de su celoso marido.
3. Un león de hierro del uniforme del oficial que mató a tres de tus mejores amigos en batalla.
4. Un dragón de oro del uniforme de un oficial enemigo con el que luchaste en combate singular. Era un hombre honorable: lo tomaste prisionero e intercediste por él, pero fue ejecutado.
5. Un amuleto de buena suerte, recuperado del cuello de un enemigo caído. No era más que un niño. Su madre debió pensar que lo protegería...
6. Una gema oscura que agarraste durante la redada a la guarida de un nigromante. Hubieras preferido que tus compañeros hubieran estado también al salir.
7. La cabellera de tu cuñado, al que derrotaste en un duelo justo según las leyes de tu tribu.
8. Un hacha ensangrentada. "Lo encontraré, Shirma, lo encontré y lo mataré con la misma hoja que te llevó a ti".
9. Un trozo de tela roja, parte de un estandarte enemigo. Tu regimiento fue diezmado, pero ese día vencisteis.
10. Las cadenas que te mantuvieron esclavizado durante años.
11. Un rosario de cuentas recuperado de un monasterio en una tierra extranjera. Sus dioses no son los tuyos, pero alguien que ha derramado tanta sangre necesita toda la ayuda que pueda conseguir.
12. Una moneda de oro de la bolsa del último tabernero que te estafó. Maldita sea su estampa.
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