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¡La doncella de las llamas! |
Durante su merecido descanso tras expulsar a Zanlad de su guarida, la compañía del León y el Cocodrilo tuvo noticias de que el dragón que habían visto volando en el sur se estaba convirtiendo en un verdadero problema: como todo dragón de Vicúmena, este era un divezuelo del Caos con su propia secta. Al alcanzar la adolescencia, sus poderes habían comenzado a atraer servidores de todas las esquinas del mundo para formar su drakoculto. Y estos habían llevado a cabo un asedio sobre un caravasar del sur cerca del poblado áratha de Guzkalit, tomándolo. Así llegaron noticias a Lóvaraz de que el dragón además es una hembra que se hace llamar Muerte-Que-Oculta-El-Sol.
Ante estas preocupantes noticias, los alguaciles decidieron volver al sur, primero manteniéndose cerca del cauce del gran río Salúhn y sus afluentes y arroyuelos. Fue cerca de uno de estos donde decidieron desviarse para explorar un territorio en el que jamás habían estado antes. Para su sorpresa, Amanthos, el magontaraz, detectó huellas de hipopótamo, pero bípedas. Sin duda se trataba de un antropótamo, los enormes hombres cocodrilo que son, en buena medida, los ogros de Avarnia Meridional.
Rastrearon las huellas hasta su cueva, donde fueron recibidos a grandes pedradas por el antropótamo y sus dos hembras, desde una cueva entre los cañaverales. Por suerte lograron derrotarlos con una combinación de magia de guerra y combate desde las alturas, adueñándose de sus pieles, su marfil y su escaso tesoro. Tifriq, el místico, fue casi muerto por una de las grandes pedradas, no obstante, y desarrolló un miedo atroz a bestias como hipopótamos o cocodrilos.

No muy lejos de allí la compañía (bastante numerosa, por otra parte, formada por bandidos escarnecidos y úmiras azules) fue asaltada por una banda de guerra osga. Siguiendo la estrategia habitual, formaron un círculo de carros y esperaron a ser atacados por los hombres bestia. No obstante, fue el comandante osgo quien se adelantó y se ofreció en combate singular para evitar un derramamiento de sangre innecesario.
El osgo trató de defender el honor de su raza contra los que él consideraba despiadados cazadores de cabezas, pero la fortuna estuvo de parte de Tawizu y logró despachar fácilmente al caudillo. Hecho esto, Amanthos, temiendo que los osgos no cumplieran su palabra de no atacar, incumplió su palabra atacándolos él con magia para que después pudieran ser diezmados a flechazos.

Por desgracia era demasiado tarde para Amanthos, a no ser que, de alguna forma, aún hubiera esperanza... Probablemente lo descubramos en una futura entrega
Una vez más se ha cumplido la justicia del duque y sus tierras son ahora algo más pacíficas. Así Légobar, el juglar más rápido de Avarnia Meridional, se apresura a consignarlo en verso vulgar. Muchas gracias por leerme. Para más info sobre Avarnia Meridional consultad el índice de entradas. Valmar Cerenor!
Ah, y he aquí un mensaje del Gran Maestre de la Orden del Hacha Naranja:

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Pektukin miró triste como no había un hombre elefante entre la manada...
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