sábado, 11 de noviembre de 2017

Sukero City Actual Play (29)


Hola de nuevo, amigos, soy yo otra vez, Natsuki, el uniforme escolar parlante y vengo a hablaros de lo que ha pasado en lo que Kha llama "campaña de testeo de Sukero City". Bueno, en realidad, no soy un uniforme, sino el fantasma de una chica muerta que fue a parar a un uniforme que luego fue comprado de segunda mano... Es una larga historia. Pero si queréis seguirla bien, podéis echar un ojo al resumen de lo ocurrido hasta ahora que os hice hace ya más de un año.

En el  último episodio, Catherine, nuestra chica mágica de lluvia / imán de rarezas / mocosa entrometida había encontrado el pergamino perdido del dojo de la familia Qing y había llamado a Satoshi.html para que acudiera hasta allí para que fuera él el que devolviera el pergamino y así mejorara su reputación a ojos del público después de que un montón de cámaras lo grabaran arreando a mafiosos vietnamitas.

Y llegó con daifuku para todos, siendo todos, Cath y su amiga Valerie.

Rumiando el dulce, Cath preguntó si alguien sabía chino tradicional a fin de traducir el libro con cubiertas de jade que había recuperado de la mazmorra donde también estaba el pergamino (y con el que sin querer había liberado a un antiguo hechicero oscuro). Por desgracia no era el caso.

Tras esto, le dio a pergamino a Satoshi:
-Cath: Este es el pergamino secreto de un dojo de los alrededores que ha caído en desgracia.
-Satoshi: A-já.
-Cath: Y Ultra Fighter ha sido milagrosamente capaz de recuperarlo. ¿Entendido?
-Satoshi: Eh, vale, pero explicame por que tengo que permitir esto. Aunque sea brevemente.
-Cath: Porque tu reputación está por los suelos. Y cada obra benéfica ayuda.
-Satoshi: Es raro, confuso y hoy llevo un dia bastante raro. Que para la media nuestra es normal... Espera, ¿tengo reputación?
-Cath: Sí, ese es el problema. Y, mira, no sé. Puedes utilízarlos como compañeros de entrenamiento, qué sé yo. Seguro que son útiles para algo.

Esto pareció complacer algo más a Satoshi que accedió a la farsa. Pero los planes de Cath no acababan ahí. Cath siempre tiene un plan.

-Cath: ¿Has leído mi correo?
-Satoshi: Hoy no he estado para ordenadores. Y no sabes lo que me jode. ¡Mis torrents!
[Nota del director: en ese momento hubo que recordarle a satoshi que rebuscar en internet es su placer culpable y no puede hacerlo público].
-Cath: Man, you're bad at multitasking.

Sacó el móvil y le enseñó la lista de posibles obras de caridad que había reunido para él:
-Cath: Considera ayudar a alguna de estas buenas gentes, no nos conviene a ninguno de los dos que seas el tío que zurra a vietnamitas. Pero por ahora, ve a entregar el pergamino, yo me quedaré fuera tratando de leer el libro con Valerie.

Satoshi asintió y se introdujo en el dojo, dirigiéndose a la chica del del mostrador.
-Satoshi: Buenas, quería hablar con el maestro del dojo. Tengo algo que seguro que le interesa.
La chica lo miró extrañada y alzó una ceja.
-Jane: ¿Qué exactamente?
-Satoshi: Este pergamino, arrebatado de las garras de un viejo brujo.
Jane Qing echó un ojo al pergamino y su cara cambió de golpe.
-Jane: ... ¡Papá!
Su padre, el maestro del dojo llegó. Se presentaron como luchadores y le echó un ojo al pergamino. Su cara cambió de golpe.
-Christian Qing: ... ¡Papá!
Y esta llamada fue atendida po Kun Qing, un señor mayor, que también examinó el pergamino, seguido por lo tres hermanos mayores de Jane.
-Kun Qing: ¿De dónde has sacado esto, joven?

Satoshi le refirió la misma historia que había contado Cath: la chica del sueño, garras de brujos, vampiros, guerreros de terracota, serpientes con cabeza humana... Las lágrimas llenaron los ojos del anciano.
-Kun Qing: Todos estos años ha estado bajo nuestras narices... Jack y Lorene tenían razón. El dojo está salvado. ¿Cómo podremos pagarte?
-Satoshi: No quiero pagos. No los merezco, es lo correcto. Solo quiero una cosa, y es poder prácticar mi estilo aquí. El Ultra-do está pasando por una mala racha y tenia que dar buen nombre a mi escuela.

Le dijeron que sin problema y, celebrándolo, le invitaron a cenar más tarde, precisamente en la Pequeña Tian. Satoshi aceptó sin problemas, pero, como aún eran las cuatro de la tarde, les dijo educadamente que volvería tras ocuparse de unos asuntos y ellos no pudieron sino aceptar.

Satoshi salió y anunció a las chicas que el plan había sido un éxito, de modo que empezaron a pensar el siguiente plan.

-Cath: Tendría que ir al cementerio, pero sin Boos es difícil conseguir algo.
-Satoshi: Yo puedo echar una mano.
-Cath: Tú no tienes un cibercerebro para sacar información de otro.
-Satoshi: Eh, ¿por qué no contratamos a alguien? Seguro que los hay. Es decir, paginas amarillas SOLO para hackers.
De hecho, como estaban hablando en voz alta de contratar hackers, algunos coches empezaron a mostrar anuncios al respecto.
-Cath: Honestamente, no me siento especialmente cómoda implicando a terceros cuando se trata de algo por lo que estamos siendo vigilados. ... Creo que es algo que puedo hacer mañana.

Para la opción número dos, Cath trató de contactar con Boos (que seguía demostrando su valía a un muerto alienígena) pero no tuvo éxito.

Por tanto, la opción número tres era intentar de recuperar aún más el honor de Satoshi, por lo que echaron un buen vistazo a los enlaces que Cath había recolectado. Las opciones eran:
  • Por favor, mi princesa ha sido secuestrada por las Amazonas de Neón del Parque del Sur. Pagaré generosamente a quien me la traiga de vuelta.
  • Ayudar a una asociación que hace recogida de basura.
  • Repartir comida entre aliens pobres.
  • O esto:


Tras meditarlo un poco se pusieron en contacto con el anuncio de las amazonas. El hombre decía llamarse Hank Fu y contaba que su hermosa prometida, su princesa, ha sido secuestrada por una peuqeña banda de pandilleras lesbianas que se hacen llamar las Amazonas de neón.
Añadía que su base está en el parque del sur y es un viejo búnker militar y que por favor se dieran prisa, pues temía lo peor.

Ante esto Cath tomó una decisión.
-Cath: Vale, tú puedes ir a hacer tus cosas de honor y yo echaré una mano a la bruja. Yo no estoy preparada para rescatar gente. Soy más de robar cosas y neutralizar cosas.
-Satoshi: A lo mejor es mucho lío...
-Cath: nah, me he pasado un buen rato pensando cómo desactivar la capa de invisibilidad que lleva ese malnacido, es igual a la mía. Debería bastar con disrumpir sus circuitos eléctricos o algo.

Satoshi no se quedó muy concenvido, pero aceptó dividirse. Cada uno cogió su transporte rumbo a sus respectivos objetivos.

Cath fue la primera en llegar al apartamento de Valborg, la joven bruja a la que pretenden ayudar a librarse de su acosador. Acosador que hace poco descubrimos es Jules Swerko, hijo del director de una megacorporación que, entre otras cosas, fabrica capas de invisibilidad. Y este mismo instrumento era el que estaba usando para sus nefarios propósitos.

De este modo Cath y Valerie se presentaron en la puerta de su apartamento y, tras algún problema inicial y un buen repaso con harina para asegurarse de que nadie invisible se colaba, las dejó pasar, bueno, nos dejó, yo siempre voy con Cath. Al espíritu del amor formado por el conjuro que echó por error a Hideo-senpai no lo dejó pasar, ya estaba allí.

-Cath: Vale, esta pregunta puede ser un poco personal, pero, ¿qué clase de magia controlas? En líneas generales.
-Valborg: Pues sobre todo magia amorosa.
-Cath: Hm. Eso lo explica todo. Quiero decir... ¿No tendrás nada relacionado con control de la temperatura? Puedo hacer cosas yo misma, pero podría causar un incendio.
-Valborg: Es eso una metáfora para lo que yo creo?

Resultó que no y que tampoco era capaz de causar fuego ni daño directo de otras formas. Cath presentó entonces otras alternativas como soltar tinta por todas partes o hacer dormir a gente en los alrededores.

-Valborg: La tinta no suena mal, pero que haría falta montar guardia de forma muy sigilosa.  Andy lleva meses intentando cazarlo sin éxito...
-Cath: ¿Tienes alguna idea sobre a qué horas suele rondar?
-Valborg: Lo hace aleatoriamente por lo mismo...

Hasta que al fin decidieron un plan.
-Cath: Honestamente, preferiría no usarte como cebo. Eso sería lo más contraproducente de la historia.... También podemos probar otra cosa. Val... Digo... Valerie. ¿Tienes el psicotáser cargado?
-Valerie: Sí, siempre. Y nunca le pongo el seguro. Ponerle el seguro a las cosas no es escocés.
-Cath: Eh, ¿qué opinas si te disfrazas de Valborg y le das una descarga de psicotaser cando venga? A lo mejor tiene algo para defenderse contra la magia, pero dudo que pueda defenderse de eso. Y si eso, yo le remato. Sería una bonita masacre.
-Valerie: No veo por qué no, el problema es saber cuándo viene.
-Cath: Podemos probar ahora un rato, y si no funciona venimos otro día.
-Valerie: ¿No sería sospechoso que saliera de pronto? Hay que hacer que parezca un accidente.
Valborg, al escuchar las palabras "masacre" y "que parezca un accidente" se puso tensa.
-Cath: Tranquila, es jerga del oficio. No vamos a matar a nadie. A no ser que se ponga muy tonto.

Llamaron a Andy, el vecino de Valborg que suele vigilar el vecindario con un gato y una uzi y les explicó que suele ver cuando el acosador aparca la limusina un par de manzanas más allá mientras vigila con los prismáticos para que no se acerquen extranjeros. De modo que le pidieron que si la veía ese día, las avisara, ya que las chicas decidieron quedarse un rato más.

Tuvimos suerte y el aviso llegó pasada una hora.
[Nota del director: suerte literal. Benditas tiradas aleatorias. Lo más probable es que no hubiera aparecido ese día.]

De modo que prepararon la trampa: Cath salió con su propia capa de invisibilidad y se transformó en chica mágica para hacer que lloviera en los pasillos. Y entonces Valerie usó su bigote de disfraz holográfico para tomar la apariencia de Valborg y salir gritando "¡fuego, fuego!".

Entonces Cath notó algo y fue corriendo hacia el portal para hacer llover tinta, pero antes de que pudiera poner en juego su conjuro, chocó con algo invisible como ella. Desde el suelo, decidió un cambio de planes y empezó a conjurar mesmerizing distant rain. El tipo invisible se durmió, Valerie se durmió, Valborg se durmió en su apartamento y Andy lo resistió. Sus gatos ya estaban dormidos.

Sorprendida de lo lejos que llegaba su nuevo conjuro, Cath se puso en pie y, con cuidado, ató al tipo con su propia capa de invisibilidad y comenzó a arrastrarlo a las escaleras. Por suerte, Valborg vive en el primer piso.

Un rato antes, Satoshi ya había hecho su entrada en el parque del sur, donde tienen su base las terribles amazonas de neón en un búnker abandonado. "Qué guay", pensaba para sí, "seguro que no es peligroso ni mortal". Se dio una vuelta para ver el parque, más o menos grande, con un laguito, algunos edificios pequeños que no parecen búnkres y un bosquecillo entre cuyos árboles al fin encontró esto:



-Satoshi: ¡Una mazmorra! ¡Mierda, ¿dónde están mis dados de veinte caras?! Jajaja. ¿Por qué siempre soy tan gracioso cuando no me escucha nadie? ¿Debería llamar a Cath para decirselo? ... Mejor no.

Se transformó apartado y empezó a bajar las escaleras del búnker. "Bajaré con cuidado... No, espera, soy un héroe. ¡Lo aviso! Pero tampoco estoy muy seguro... ¿Lo aviso a medias?".
-Satoshi: Eeeeh, ¿hola?

Al decir esto, notó el sonido de un móvil u ordenador parándose de pronto y empezó a ver una luz al final, aunque lo empinado de las escaleras le impedía ver más allá. Al dar otra media vuelta, pudo ver a dos chicas con el pelo teñido de colores, chupas de cuero y mala actitud.
-Satoshi: Eh, um, esto es complicado, de verdad..
Lo miraron mal. Una de ellas sacó una navaja.
-Satoshi: Eh, no, en serio. He venido aquí y no quiero que haya problemas, de verdad. No quiero que esto acabe como siempre. Creo que podemos solucionar las cosas hablando.
-Amazona 1: Sí, puedes irte sin que te peguemos.
-Amazona 2: Todavía.
-Satoshi: No, en serio, he venido a hablar con la princesa.
Las amazonas lo miraron peor todavía.

Y hasta aquí llega nuestra historia por hoy. ¿Conseguirá Satoshi su objetivo? ¿Qué le hará Cath al pobre chico que ha capturado? ¡Lo descubriremos muy pronto! Gracias por leerme a mí y a Kha. Valmar Cerenor!

Siguiente (próximamente)

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