El lugar es laberíntico y es sencillo perderse pues todas las paredes parecen iguales, por lo que a menudo las gentes de los pueblos mineros se ofrecen de guía para aquellos que quieren subir hasta allí por alguna razón, por un módico precio. A veces es la única forma de no acabar cayendo en uno de los muchos pozos sin fondo semiocultos por la maleza.
La teoría más común de su construcción es atribuirlo a los mouros, claro que en Ablaneda tienen una exagerada tendencia a atribuir a los pobladores del submundo cualquier edificio que ya estuviese ahí cuando llegaron y no saben muy bien de dónde ha salido. Otros lo achacan a las burlas del Demonio, lo que sin duda es la segunda opción más popular. Algunos más discretos hablan de que podría ser obra de pobladores de antes de la llegada de los cristianos hace doscientos años, pero humanos, si es que son de creer las historias de los druidas. Unos pocos rechazan todo esto afirmando que el trabajo de la piedra de Castronegro es algo único en todo el Condado y que debió ser el único asentamiento de un pueblo desaparecido.
Pero realmente poco nos interesa quién lo construyera, al fin y al cabo. Una de las cosas más importantes de Castronegro, como se ha dicho, es que es la principal puerta de entrada al interior de los Montes Quebrados. Nadie en su sano juicio se atrevería a entrar a ese entramado de túneles que seguro no andan muy lejos del infierno y seguro que hasta conectan con él. Pero la vida de un rondero está llena de giros inesperados...
Gracias por leerme, valmar Cerenor!
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