¡Loado sea su apéndice tallarinesco! |
Él controla con sus apéndices tallarinescos a todos los humanos, creyentes o no, especialmente a los científicos, a los que le gusta engañar haciéndoles creer que la evolución es cierta o que el mundo es mucho más viejo de lo que en realidad es.
Aunque tiene un nombre, es tan hermoso y difícil de pronunciar que intentarlo no solo conllevaría la muerte del insensato, sino de todo ser vivo (o no) en un radio 6543 kilómetros, que se duplica si intenta escribirse o mecanografiarse. No hay más motivo para esto que la diversión de Nuestro Señor.
Según el evangelio del pastafarismo, Monesvol en persona entregó sus diez "Realmente preferiría que no..." al capitán pirata Mosey en la cima del monte salsa, aunque dos se cayeron por el camino de vuelta.
Hombre santo (Monesvol): en momentos peliagudos el hombre santo puede pedir ayuda a Monesvol para que le toque con su apéndice tallarinesco. Si sus plegarias son escuchadas, tendrá el talento Atributo excepcional durante un día en un atributo que puede ser el que se ha pedido o no. Y no es buena idea molestar a Su Tallarinesca Majestad por minucias o demasiado a menudo o podría molestarse. Por otro lado el hombre santo nunca morirá de hambre, ya que tiene la capacidad de comer cualquier cosa para alimentarse. Cualquier cosa he dicho.
Para mantener estos favores, debe respetar siempre los 10-2 "Realmente preferiría que no..." y todas las demás enseñanzas del pastafarismo; creer fervientemente en Monesvol aunque no pueda verlo; respetar los viernes, y vestir como un pirata, o mejor aun: ser uno.
La recompensa no es para menos pues el cielo pastafarista tiene un volcán de cerveza y una fábrica de streepers.
Podéis encontrar las reglas de hombres santos AQUÍ.
Gracias por leerme, valmar Cerenor!
Por fin
ResponderEliminar@Aured: si te haces un personaje pastafari, te ruego que lo compartas con el resto de la clase.
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