viernes, 14 de diciembre de 2018

Avarnia Meridional - Reporte 12


Las Lomas de los Bandidos esperan...
Tras el poco decoroso altercado con los hombres cocodrilo, los alguaciles continuaron rumbo al oeste, aliviados de que los licántropos se hubieran ido y ahora fueran problema de otro.

Así se unieron a una caravana y tuvieron un viaje tranquilo hasta Vadus Longus, al pie de las Lomas de los Bandidos.

En la villa se encontraron con seis jinetes úmiras de la tribu de los tres soles: al parecer eran todos los que habían llegado, pues el resto había muerto de malaria. Al menos pudieron indicarles que el azagaro se encontraba en lo profundo de las Lomas con una tropa de cincuenta entre humanos y hombres bestia.

Preguntando también por la villa con ayuda de Tami la ladrona (Tami de Tamisolda, claro) descubrieron que había dos grandes bandas de salteadores en las Lomas: los Bastardos sigilosos y los Alegres desangradores. Eso sin contar una miríada de bandas más pequeñas.

Sabiendo esto, Tawizu, la guerrera úmira azul encargada de acabar con el azagaro, decidió que lo mejor sería interceptar y neutralizar a alguna de estas bandas para que no estuvieran en su retaguardia cuando fueran a lidiar con el azagaro.

No era una mala idea, pero en el proceso generó una increíble oleada de confusión sobre con quién estaban peleando: "¿son estos las tropas del azagaro?", "no, son bandidos", ¿entonces por qué les estamos pegando?", "porque son bandidos", "ah, cierto".

Con este propósito reclutaron tropas en Vadus Longus y las añadieron a soldados traídos de un fuerte por el camino. Además Eruhin contrató a cuatro señores de Duflúmenes, una aldea al norte de Vadus Longus. En sus propias palabras: "trabajan para mí aunque sea Tawizu quien les pague".

Sabiendo que los bandidos a menudo descendían por el río Galit para vender su botín y comprar suministros y reclutar, la compañía los emboscó e interceptó una barcaza de los Bastardos sigilosos. Entregaron a su mago como un falso adorador del Caos por no cooperar con Amanthos y Nuktum (nuestros hechiceros de moral dudosa a jornada completa) y el resto de bandidos se unieron, incluyendo un chaval llamado Iulius.

Así, pero menos molones.
Además les indicaron dónde estaba su guarida, sus defensas y turnos de guardia. Además de la localización concreta del azagaro, en lo profundo de las lomas, por supuesto la sabían para evitarlo lo máximo posible.

Resuelto esto, volvieron río arriba. Parte de ellos fueron en la barcaza haciéndose pasar por los bandidos que volvían de hacer la compra y, por suerte, no fueron reconocidos y se plantaron frente a la entrada de la cueva que les servía de base. Entre tanto, el grueso de las tropas, liderado por Tawizu, consiguieron rodear la peña donde estaba la cueva y ponerse en guardia para cuando empezara la acción.

Y bien que empezó: los guardias de los bandidos se defendieron desde el risco que daba entrada a la cueva disparando con sus arcos y dieron muerte a algunos de las tropas que trataban de escalar, incluyendo a uno de los cuatro de Duflúmenes. Pero finalmente les diezmaron disparando desde abajo e impidieron que los guardias a ambos lados del río los rodeadan, por un lado, incendiando las aguas con fuego de alquimista y, por otro, poniéndolos en desbandada con una carga de camellería.

Así llegaron a la sala común de la guarida y lograron doblegar a los bandidos cuando Esbern, el clérigo, atravesó al líder arrojando su lanza. Ante la muerte de Hugo el Astuto, todos los demás bandidos se rindieron y aceptaron gratamente ponerse bajo las órdenes de la compañía.

Durante el saqueo de rigor hallaron una víbora que usaban para jugar (y que Nuktum adoptó la mar de contento) y un anillo de protección contra el fuego que se quedó Tawizu, entre otros tesoros.

Ahora que las cosas estaban bajo control, dejaron a Tamnus, el explorador aliado de Tawizu, al cargo de la cueva y los nuevos reclutas y el grupo principal de PJ volvió a Vadus Longus para dar cuenta de la victoria y, sobre todo, gastar el botín en cosas como, no sé, comida para toda la gente que habían reclutado. A la ida vieron a un encapuchado moviéndose entre las paredes de una estrecha garganta y, a la vuelta, cuando lo investigaron, hallaron a unos ermitaños ocultos allí, siervos de la Ley.

Los ermitaños les hablaron de un templo al norte que otros devotos querían restaurar y, asimismo, de unos árboles que se hallaban en los bosques de cedros no muy lejos de la peña que habían tomado como base y que, si las leyendas eran ciertas, tendrían sus troncos hechos de oro macizo.

Por supuesto, al día siguiente, antes de ir en busca del azagaro, peinaron los bosques donde supuestamente estaban los árboles sin éxito, pero cuando ya caía la noche vieron venir del bosque una gran luz y humo como si se incendiara y uno de sus hombres les alertó de que se trataba de un ifrit.

Cuando llegaron, lo encontraron llevándose a otro de sus hombres tras haber perdido en su juego de adivinanzas. El númen de fuego, que se presentó como Nasht Kawan, viajero del fuego entre los mundos, les aseguró que era neutral, no un servidor del caos y les ofreció jugarse su libertad a un juego de adivinanzas: si perdían, le servirían durante cien años en su plano natal, pero, si ganaban, recibirían a una de las vírgenes de su harén en matrimonio. Los personajes rechazaron la oferta, incluso cuando el ifrit pasó a ofrecerles armas y armaduras mágicas como premio. En su lugar le propusieron un intercambio: la armadura del caos que habían desenterrado a cambio de armas y armaduras de poder equivalente, con lo que también lograban sacar esa armadura corrupta de su plano. Al ifrit no le pareció un mal plan y marcó a Nuktum, el mago, como su seguidor, ya que parecía el más dispuesto, para que le sirviera como contacto.

Así el ifrit continuó su viaje convertido en una lengua de fuego y los miembros de la compañía regresaron a la peña, listos para proseguir su búsqueda del azagaro al día siguiente.

Una vez más se ha cumplido la justicia del duque y sus tierras son ahora algo más pacíficas. Así Légobar, el juglar más rápido de Avarnia Meridional, se apresura a consignarlo en verso vulgar. Muchas gracias por leerme. Para más info sobre Avarnia Meridional consultad el índice de entradas. Valmar Cerenor!


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