jueves, 23 de febrero de 2012

Deidad: Anubis

Seguimos nuestro particular recorrido por distintas deidades que pueden ser útiles para los hombres (o mujeres) santos en GPyM. Esta semana viene una muy especial para aquellos que se pasan media vida en tumbas: Anubis.

¿Trabajando o en la pausa del bocata?

Desde que Osiris le quitó el gobierno del Otro Mundo, Anubis (o Inpu, como le llaman entre colegas) es el dios patrón de la momificación y guardián de las necrópolis.

Él está en la cámara mientras abren la boca y los ojos del cadáver para luego momificarlo. Él, ayudado por Upuaut abre los caminos que llevan el alma del difunto al Inframundo. Él preside junto con Horus la cámara de las dos verdades donde el finado es juzgado por sus actos en vida y pone su corazón en la balanza de Maat. Él y sus chacales guardan las tumbas para que nadie perturbe el descanso de los muertos.

Su cabeza es la de un chacal, negro como los cuerpos putrefactos y la tierra fértil que anuncia la resurrección. Aunque también guarda simpatía con otros cánidos como los perros, que a menudo se momifican en su honor.

Hombre santo (Anubis): un hombre santo de Anubis se mueve por las necrópolis y tumbas como por su casa. Si la principal función de un recinto en el que se encuentra el hombre santo es servir de última morada de alguien, él lo sabrá. Además, sí se acerca a cualquier peligro dentro de ella (especialmente trampas), el DJ puede tirar 1d6 en secreto y, si el resultado es 4 o 5, informarle de que su instinto le previene. En este sentido es parecido a Sexto sentido, pero mientras este se limita a enemigos y emboscadas, Hombre santo (Anubis) detecta cualquier peligro, pero solo en tumbas, como ya se ha dicho.

Por otro lado, Anubis exige que ni los cadáveres ni los elementos básicos del rito de enterramiento sean profanados en modo alguno por el hombre santo ni por otra persona si él lo sabe. De esta forma de ninguna manera podrá tocarse el cadáver ni quizá el sarcófago ni los talismanes u otros elementos rituales que puedan rodearlo. Pero nadie dice nada de otros tesoros. Además, está obligación se extiende a la de dar una sepultura lo más decente posible a cualquier cadáver con el que se encuentre.

Podéis encontrar las reglas de hombres santos AQUÍ.

Gracias por leerme. Valmar Cerenor!

2 comentarios:

Una limosna para la cruzada:

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